Sendero ecológico de la Quebrada las Delicias: un ejemplo de restauración ecológica, reivindicación social y espacio público de calidad

Por: Daniel Ramírez 

        estudiante de la Maestría en Planificación Urbana y Regional del Cider de la Universidad de los Andes

Recuerdo que cuando estudiaba mi pregrado en arquitectura nos dejaron una tarea de consultar casos en los que se descontaminaran cuerpos hídricos en entornos urbanos y generaran espacio público. Desde luego que uno de los referentes más consultados fue el río Cheonggyecheon en Seoúl, Korea, junto con otros ejemplos destacados en ciudades europeas como los ríos Támesis, Sena, Rin, entre otros (Archdaily, 2019). Estas experiencias extranjeras, que parecieran utópicas en ciudades del Sur Global como Bogotá, nos ayudaron a entender la importancia de los servicios ecosistémicos que ofrece la estructura ecológica de una ciudad. 

Lo que no sabíamos era que aquí en Bogotá ya se venían adelantando algunos procesos de recuperación de cuerpos hídricos, como lo ha sido la experiencia de la quebrada Las Delicias, en Chapinero. De acuerdo con Aparicio y Cavelier (2014: 304), este proyecto nació en el 2010 dentro del Plan de Desarrollo Distrital 2012-2016 y se inscribió como una iniciativa de “adaptación emocional al cambio climático”. De tal forma que, la recuperación integral de la quebrada comprendía no solamente su restauración ecológica, sino también significó una reivindicación social con la comunidad vecina. 

Hoy en día, el sendero ecoturístico de Las Delicias inicia desde la intersección de la Carrera segunda, antes del ascenso del puente de la Calle 62 y sus intersecciones con la Av. Circunvalar. Desde este punto, el sendero va en paralelo al curso de la quebrada y ofrece un paisaje ecológico con vegetación nativa que adorna el recorrido. Antes de ingresar al barrio, se encuentran algunos integrantes de la organización Alianza Quebrada Las Delicias, quienes, en su rol de líderes comunitarios, informan a los visitantes sobre la consolidación del proyecto, así como de las precauciones y los cuidados para tener en cuenta durante el recorrido. 

A pesar de los increíbles paisajes que ofrece este sendero, muchas personas no contemplan este destino como un lugar a visitar, pues, persiste una fuerte narrativa del miedo que alimenta la percepción colectiva del lugar como un espacio inseguro. Lo cual se comprueba con las advertencias dadas por los líderes al ingreso del sendero, quienes resaltan la importancia de hacer el recorrido en los horarios que hay acompañamiento policial. También, por ejemplo, el aviso que antecede a uno de los accesos al sendero que advierte a los visitantes la presencia de ladrones en la zona. Narrativa que se refuerza con el voz a voz de algunas víctimas que fueron asaltadas en el lugar. 

Sin embargo, Toro (2016) expone en su reportaje cómo este proyecto favoreció no solo la condición ambiental de la quebrada, sino también el tejido social del barrio Bosque Calderón. Líderes comunitarios como Danilo Ochoa sostienen que el haber involucrado a la comunidad con el proyecto ayudó a disminuir los niveles de delincuencia dentro del barrio. Ochoa afirma que “(…) Muchos jóvenes ya no se veían en la necesidad de delinquir, pues, lo hacían por falta de oportunidades, abandono del Estado, educación precaria “, ahora, la comunidad se ha capacitado en el arte y la educación ambiental, de modo que adquirió una responsabilidad con la preservación del sendero. 

Actualmente, 11 años después del nacimiento de este proyecto, la comunidad ha logrado mantener los esfuerzos por conservar el sendero y luchan día a día por sostener los recursos económicos con los aportes voluntarios de los visitantes. Sin embargo, estos esfuerzos se ven perjudicados por la estigmatización y las narrativas del miedo que se tejen sobre el espacio público de los Cerros Orientales. Con base en esta premisa, Sofía, una de las lideresas, señala al reportaje de Toro (2016) que “es tan probable ser víctima de un robo antes de llegar a la quebrada, como en cualquier calle de Chapinero, pues, es Bogotá y nadie está exento”. Así mismo, Danilo, también asevera la importancia de entender el territorio, saber que existen normas, horarios y precauciones para tener en cuenta, lo cual es algo que aplica tanto en el sendero de la quebrada como en cualquier parte de Bogotá. 

REFERENCIAS 

Toro, J. (2016) Atracaban en los cerros orientales y ahora cuidan el sendero ecológico. Vice y Pacifista. Recuperado de: https://pacifista.tv/notas/atracaban-en-los-cerros-orientales-y-ahora-cu...

Aparicio, S. Cavelier, I. (2016) Nuevos planteamientos como resultado de la experiencia de recuperación integral de la quebrada Las Delicias. En Proyecto Recuperación Integral de las Quebradas de Chapinero: Historia ambiental y recuperación integral de los territorios asociados a quebradas y ríos en Bogotá (caso Chapinero) pp. 296-318 

Archdaily (2019) “ito exemplos de que é possível despoluir os rios urbanos” Equipo Archdaily Brasil. Recuperado de: https://www.archdaily.com.br/br/01-168964/oito-exemplos-de-que-e-possive...