Yerly Mozo: un recorrido por la lucha de protección animal 

Para romper el hielo, suele asomarse, en medio de una conversación con una persona recientemente conocida, la pregunta “¿tienes mascota?” de manera casi inconsciente. Detrás de la aparente inocencia y buena intención de la pregunta se asoman los rastros de la violencia contra la cual Yerly Mozo Montilla lucha diariamente. Ella resalta que los animales no son objetos, sino que son seres que nos acompañan y que se vuelven parte de la familia.   

Yerly es especialista en Estado, Políticas Públicas y Desarrollo del Cider, cuenta con un certificado de posgrado en Administración de Empresas de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo y es Ingeniera Civil de la Universidad Piloto de Colombia. Razón por la cual constantemente lucha por encontrar el equilibrio entre sus dos pasiones: la ingeniería civil y los animales. Como ingeniera, hace parte de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, incluso tiene algunos artículos en los Anales de Ingeniería, que son publicados por esta Institución. Adicionalmente, es gerente de la firma constructora Gering Construcciones, que se dedica principalmente a la realización de vías.   

La preocupación por los animales empezó en una oportunidad en la cual Yerly transitaba en su vehículo por las calles de Bogotá y se topó con una yegua tirada en el suelo en medio de un charco de sangre sobre un puente. Esta cruel imagen llamó su atención, así que decidió bajarse de su carro para ver qué era lo que sucedía, entonces descubrió que la yegua había parido un potro sobre el puente y que además la yegua estaba siendo utilizada para cargar un trasteo. La indignación y el dolor aumentaron cuando solicitó ayuda a las y los conductores que estaban cerca y solo recibió indiferencia e insultos. Sin poder hacer mucho, desconsolada y en medio de lágrimas, Yerly pensó “voy a adoptar un caballo”, no tenía una finca, pero pensó que de cualquier manera lo haría así le tocara ponerlo a pastar frente a su casa, señala de manera irónica con carcajadas.  

A partir de ese momento, se convirtió en integrante de la Junta Directiva de la Asociación Defensora de Animales (ADA). Desde allí atendía denuncias de diferentes casos de maltrato en contra de los caballos (para entonces todavía se utilizaban como vehículos de tracción en Bogotá), los perros, los gatos, las palomas, etc. Sin embargo, luego de varios años, Yerly se percató de cierto estancamiento en su labor; pese a que se hacía la debida aprehensión de los animales maltratados, al cabo de un tiempo estos debían ser devueltos a las y los cuidadores que eran sus mismos maltratadores. En consecuencia, optó por tomarse un año sabático e irse a Argentina para estudiar el proceso de cómo hacer leyes en Colombia, su objetivo era prepararse para diseñar una ley en la que se diera cárcel a las y los maltratadores de animales. A su regreso, de la mano con el congresista Juan Carlos Losada y amigos defensores de animales, redactaron el proyecto de ley de protección animal que luego se aprobó en el año 2016. Desde el Ministerio del Interior apoyó en su respectiva implementación durante cuatro años, implementación que no fue nada fácil y allí comprendió que se necesitaba hacer más políticas públicas al respecto, por la búsqueda y defensa de los derechos animales. Esto último la motivó a realizar su especialización en el Cider “Esta especialización no la hice para lucrarme o como un camino para mejorar mi sostenimiento. No, esta especialización la hice por y para los animales en construcción de mi sueño, mi pasión: Colombia Libre de Maltrato Animal.”  

En temas de políticas, esta defensora de animales diseñó la política pública de protección animal de Santa Marta, en ese entonces cursaba su primer semestre en la especialización. Actualmente, Yerly, como presidenta de la Junta Defensora de Animales de Soacha, está realizando, ad honorem, la política pública de protección animal para aquel municipio de Cundinamarca, sobre la cual menciona que goza de los tres principios de la ley de protección animal: solidaridad, protección y bienestar. En el de solidaridad se articula como actores a la empresa privada, la academia, las ONGs y la ciudadanía “en ocasiones las personas piensan que el tema de las políticas públicas es problema solo del alcalde”. Uno de sus sueños se gesta entre su biblioteca sobre los animales y los mil apuntes escritos sobre el tablero de su oficina en su grupo empresarial: el planteamiento de una política de protección animal nacional “Quiero hacer esta política pública nacional porque no me quiero llevar a la tumba toda la información que he aprendido.”  También está participando en la escritura de un proyecto de ley sobre seguridad vial, en el cual combina sus conocimientos como ingeniera y como protectora de animales “hice un curso en el Banco Interamericano de Desarrollo sobre seguridad vial para humanos. Tomé todos esos argumentos para plantear técnicamente que los animales también son actores viales porque son usuarios de las vías”.   

Producto de años de lucha por los animales, Yerly creó la Fundación Yerly Mozo en 2016. Esta fundación no es un refugio, sino que se encarga de realizar “Activismo Corporativo” a través de gestión para la protección animal, y también de proporcionar capacitaciones referentes a estos temas. Además, próximamente se publicará un libro, titulado Protección de los animales en Colombia, en el que Yerly, con un grupo de profesionales, ha trabajado durante los últimos tres años y en el que se recopila mucha de la información que ha aprendido en su camino de lucha por los animales.   

Y después de hacer todo este recorrido por su labor, Yerly anuncia con orgullo y felicidad que dos caninos de los 272 animales rescatados son parte de su familia “a uno lo rescaté en Bosa y a otro en la Caracas con cincuenta y pico” y de repente manifiesta preocupación al recordar “¡hoy era martes!, tenía que ir a rescatar un gato... Se me olvidó. Soy terrible.”