Llama la atención la serendipia paradójica que ha hecho coincidir los 100 años de la publicación de La Vorágine con la celebración de la conferencia de los países firmantes del acuerdo por la protección de la biodiversidad en Colombia, la COP16, que escogió como su emblema La Paz con la Naturaleza. ¿Qué nos quiere decir el cosmos con esta coincidencia? ¿Qué mensaje podemos lanzar a la COP16 desde el centenario del libro-denuncia de lo que ha traído el extractivismo voraz a la biodiversidad y a los grupos étnicos?
Las conferencias de las partes, tanto la del clima que se celebra cada año, como la de la biodiversidad que se celebra cada dos, tienen la misma estructura: los que toman las decisiones del tratado están en la zona azul a puerta cerrada negociando principalmente metas políticas y mecanismos de financiación, mientras el pueblo y la naturaleza se reúnen en la zona verde a construir futuros posibles y a compartir desdichas territoriales, como me dijo una amiga del Cesar.
La programación de la Zona Verde está de infarto: cientos de encuentros, conversatorios y conferencias. Hay para todas las angustias, experticias y deseos de acción política. La agenda de la zona verde es un reflejo de la gravedad del problema, de sus múltiples dimensiones y de los esfuerzos de diversas esferas sociales por comprender, gestionar, remediar y transitar a otra realidad. El espacio para la sociedad civil es amplio y generoso, pero los puentes con la zona azul son inexistentes.
Mientras tanto los museos y escenarios del país reflexionan sobre La Vorágine. En la Tertulia de Cali y en la Biblioteca Nacional en Bogotá se exhibe «El árbol que devoró un mundo: los rumbos del caucho en “La vorágine”» y en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella se presenta la maravillosa obra performativa «La Vorágine Más Allá». En ambas exhibiciones se establece un diálogo con la COP, al denunciar el extractivismo y sus lazos con el racismo, el etnocidio, la mercantilización de la naturaleza, y la centralidad de la Amazonía en la regulación de los ciclos del planeta. Además, está la extraordinaria edición cosmográfica del libro de Rivera, en la que Margarita Serje y Erna Von del Walde reconstruyen a través de mapas y documentos de hace un siglo, la relación entre los lugares concretos de los territorios periféricos y el sistema mundo.
Los 100 años de La Vorágine nos hacen reflexionar sobre las formas como nos hemos relacionado con los territorios de donde se extraen el caucho, las plumas, los árboles, la energía y los minerales. Si bien ahora el Estado tiene muchas más herramientas para conocer y apreciar la diversidad biológica y la riqueza de los proyectos históricos de los pueblos que han habitado los territorios, ha seguido respondiendo a las lógicas extractivas impuestas por el capitalismo global, profundizando lo que se inició en la mina de plata de Potosí en la actual Bolivia.
El extractivismo inserto en las relaciones comerciales entre los centros de consumo capitalista y las periferias proveedoras de materias primas y energía es el mismo desde hace 500 años. Como lo han dicho la ministra Muhamad y el presidente Petro, nuestra dependencia de vender materias primas baratas e importar productos caros nos mantiene en la senda de creciente endeudamiento y es el reflejo de la colonialidad del poder. La condonación de deuda de los países amazónicos también será un tema en la COP, pues para proteger la Amazonía, es necesario destinar los recursos de los ministerios a mejorar la calidad de vida de la gente y desincentivar las expansiones extractivistas, en lugar de tener que destinarlos a mantener a flote los índices de riesgo país. También están por verse los acuerdos sobre extracción de recursos genéticos de las selvas y la protección al conocimiento tradicional que a lo largo de los siglos ha desentrañado los secretos de las plantas y su potencial para curar enfermedades.
El mensaje desde el centenario de La Vorágine al mundo es el mismo que el de la zona verde a la zona azul: señores del poder, salgan de sus burbujas azules. El tiempo ya se agotó, ya traspasamos demasiados umbrales. Pero acá seguimos, rescatando nuestros vínculos con la Madre Tierra que nos lo ha dado todo, y tratando de vincularnos con ustedes que toman las decisiones.
Recursos
https://eneldelia.gov.co/event/la-voragine-mas-alla/
https://ediciones.uniandes.edu.co/library/publication/la-voragine-una-edicion-cosmografica