“En bici no todo es tan lejos como parece”
César Penagos
Eran las 5 am, me desperté ansiosa y con mucha energía. Era la primera vez que salía a rodar en bici con mis compañeros del Cider. No sabía si mis piernas iban a resistir esos 60 kms para ir y volver del Alto del Vino (una subida cercana a Bogotá saliendo por el occidente). En ese momento no podía imaginar que unos tres meses después iba a poder subir el Páramo del Verjón, una montaña que llega a los 3.367 metros de altitud con una pendiente entre el 5 y el 8%, o que luego iba a recorrer 130 kms hasta el Carajillo, cerca de Gachancipá.
Al principio la mente te engaña, te dice que no puedes más, pero por alguna razón el cuerpo encuentra la forma de seguir, de no rendirse ante el dolor o ante el frío y la recompensa de llegar a la meta no tiene comparación. Siempre quieres más. No puedes esperar la próxima vez para salir de nuevo.
Sentir la velocidad del viento, el sol, el frío, la lluvia, la neblina, el movimiento, el olor a naturaleza, el dolor en las manos, sentir el esfuerzo en las piernas, el ritmo del corazón con el pedaleo. La posibilidad de ver amaneceres, montañas, lagos o de ver Bogotá a tus pies. Todo esto se convierte en una sensación de libertad, de desconexión del mundo urbano y en un impulso para conocer paisajes que no sólo puedes ver, sino sentir.
Mis mayores miedos eran los carros en la ciudad (en los puentes, sobre todo) y de “enchoclarme” (usar las zapatillas ancladas a los pedales) ya que me caí varias veces y me generó mucho estrés. Pero de eso también se trata el ciclismo, de enfrentar los mayores miedos y encontrar la forma de superarlos.
No todos los días son iguales, hay días que te sientes muy bien y el cuerpo te lleva sin problema a donde quieras. Hay otros días donde las subidas o los fondos se sienten muy duros o te invade algún dolor y apenas logras llegar. Aprendes también a conocer a tus compañeros cuando están en su mejor momento o cuando su cuerpo no les responde igual. En el camino nos acompañamos y nos motivamos. Luego podemos disfrutar de la magia que un desayuno de caldo, huevos, jugo y arepa puede hacer.
Hoy ya me puedo enchoclar, ya mis compañeros no me tienen que esperar tanto antes me tenían que esperar hasta 20 minutos, ¡ahora estoy a unos 5 minutos de ellos! (Eso es un gran avance).
Gracias al trabajo en equipo ahora tengo más confianza en mí misma y en lo que podré lograr en la bici. He aprendido tips para mejorar la resistencia, la fuerza y la respiración. He mejorado mi rendimiento, he bajado mis tiempos, mis pulmones y mis piernas responden mucho mejor. Soy más consciente de mi cuerpo, de mi alimentación y de mi salud. He aprendido a hacer mantenimiento a la bici y a explorar nuevas rutas que nos lleven cada vez más lejos.
Todavía tengo mucho que mejorar y le doy gracias al profe Javier, a Roger, a Guille, a Chalo por inspirarme en cada salida a ser mejor.
Esta es la experiencia de Diana Muñoz en CiderEscaladores, el nuevo grupo de afinidad de ciclismo del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider) de la Universidad de los Andes. Este se compone de estudiantes, egresados, profesores y administrativos amantes del ciclismo de ruta y montaña.
No importa si tu bicicleta es para conquistar las montañas, si es para devorar kilómetros en las rutas pavimentadas o si es para tener un acto de rebeldía y moverte en la ciudad, lo que en esencia marca esta comunidad es el amor por las bielas y los paisajes alucinantes.
En este grupo puedes exponer dudas, opiniones y compartir cualquier tipo de contenido sobre el ciclismo.
Organizamos salidas durante todo el año.
Nos adaptamos al ritmo del más lento, nunca dejamos a nadie atrás.
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