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EL POTENCIAL DEL DISEÑO EN LAS DISCUSIONES SOBRE DESARROLLO: UNA REFLEXIÓN DESDE LA EXPERIENCIA COMO ESTUDIANTE DE LA OPCIÓN ACADÉMICA DEL CIDER

Angie Ramírez Posada, estudiante pregrado Diseño de la Universidad de los Andes.

 

La Opción en Estudios sobre Desarrollo le permite a las y los estudiantes un acercamiento teórico-práctico sobre el desarrollo en el país, promoviendo su incidencia en el tema desde el ámbito de su profesión particular. Como estudiante de Diseño, me he cuestionado sobre el rol que esta disciplina puede tener para abordar problemas complejos que por su dificultad requieren de diferentes acercamientos para ser parcialmente resueltos. Al diseñador uniandino se le insiste desde el primer día de clase su deber de desaprender lo que cree saber, para reaprender con los ojos de las personas y comunidades con las que trabaja, reconociéndoles el carácter de expertos conocedores de su propio modo de habitar el mundo. Fue esta enseñanza la que me llevó a formar parte del Semillero de Posdesarrollo que indaga sobre la crítica a las nociones y modelos dominantes del desarrollo. 

El posdesarrollo como marco teórico encuentra su sustento argumentativo en la experiencia propia de distintas comunidades que resisten al discurso desarrollista. Bajo esa premisa, la investigación de la que hice parte como estudiante de la opción y del Semillero me permitió contribuir a construir un repositorio de diferentes estudios de caso en los que las alternativas al desarrollo se materializan, e indagar por algunas críticas que existen frente a esta corriente de pensamiento. Si bien esto fortaleció las bases desde las cuales analizarlo, la pluriversalidad del postdesarrollo se hizo tangible en las percepciones y aportes presentes en las discusiones del Semillero, las cuales trascendían del ámbito académico para integrar miembros de organizaciones y movimientos sociales, quienes desde su experiencia han ampliado el alcance del postdesarrollo. 

Pude profundizar en mis reflexiones sobre el rol del diseño en la construcción de lo público gracias a las conversaciones que se entablaron con Arturo Escobar en el marco del XV Seminario Internacional de Investigación Urbana y Regional de la Asociación Colombiana de Investigadores Urbano Regionales, ACIUR. Me llamó la atención la invitación de Escobar de indagar por las alternativas a los ideales globales de desarrollo de forma situada, desde el Sur, desde los lugares en los que residimos. En las conversaciones, de las que hicieron parte Erik Vergel, Andrés Burbano, Diana Gómez e Ingrid Quintana, se insistió en la contribución potencial del diseño para entender y crear mundos de forma emergente (de abajo hacia arriba) desde las visiones propias de quienes los habitan. 

Lo anterior implica reconocer en lo ‘común’, lo informal, lo popular y lo autónomo prácticas sociales llenas de significado, flujos de conocimiento y experiencias sobre los que se ha creado y sostenido el tejido social. Supone también ahondar en el entendimiento de motivaciones y deseos que traduzcan el significado que ‘el desarrollo’ tiene para contextos y colectividades particulares. 

Conocer de cerca investigaciones del Cider, como Territorios Impostergables, proyecto en el que se indaga por visiones propias de desarrollo en el Pacífico colombiano, me permitió comprender mejor y materializar las reflexiones mencionadas anteriormente. Comprendí, por ejemplo, la importancia de la dimensión ambiental del territorio, de las prácticas autónomas, de las formas de organización colectiva, de la reciprocidad y el biocentrismo para las poblaciones afrocolombianas de Nuquí y para la consolidación de su buen-vivir. 

Desde la opción y el Semillero pude dilucidar las posibilidades que tiene mi disciplina para aportar al bien-estar de comunidades concretas en el país. En discusiones como las del postdesarrollo, que parten de la crítica a las perspectivas dominantes, disciplinas como el Diseño resultan cruciales para pensar en mecanismos y rutas de investigación que puedan recopilar los matices cualitativos del contexto al que se acercan las y los investigadores de una forma eficiente y respetuosa con las comunidades que lo componen. Así mismo, puede explorarse su aporte para caracterizar distintas realidades y reconocer aquello que es común entre estas sin generalizar. 

Considero que el Diseño puede ser un puente que liga lo cuantitativo y genérico con la complejidad de lo cualitativo y lo particular de los modos de vida que constituyen el tejido social.