Inicio / Boletines / Un recorrido por la cuenca del río Tunjuelo

Un recorrido por la cuenca del río Tunjuelo

Por: Laura Vannesa Pardo López, Rafael Vicente Gómez Santos, Santiago Acosta Vargas y Francisco Alejandro Santamaría Ibarra 

 

Compartimos la visita de campo realizada a la cuenca del río Tunjuelo por un grupo de estudiantes del curso “Crisis planetaria y transformaciones socioecológicas” el día 6 de abril, en la que pudimos observar las presiones por el desarrollo de la ciudad, las injusticias que produce la gestión de los desechos, la gobernanza sobre el agua y la visión autocontenida-excluyente de la ciudad consolidada y la ciudad difusa. El río Tunjuelo atraviesa las localidades de Tunjuelito, Usme, Ciudad Bolívar, Bosa y Sumapaz de la ciudad de Bogotá y una mínima extensión en Soacha. Su cuenca alberga a cerca de dos quintas partes de la población total de la ciudad. 

La visita a la cuenca del río Tunjuelo en la semana de mayor escasez de agua en la ciudad fue una experiencia impactante y profundamente reveladora, en medio de las medidas de racionamiento que vivíamos en la ciudad. A lo largo de todo el viaje, sentimos que estábamos siguiendo el rastro del agua, explorando tanto sus orígenes como también los impactos por la transformación de los paisajes, las relaciones que han forjado a lo largo de los años y el papel cada vez más determinante que los humanos jugamos en este ecosistema. 

El recorrido empezó en localidad de Ciudad Bolívar, donde recogimos a Esteban Restrepo Hernández del colectivo Survamos, quien sería nuestro guía y nos brindaría a partir de la experiencia vivida y sus luchas desde el accionar individual y colectivo, una postura crítica sobre los conflictos territoriales y los fenómenos urbano - rurales que se han presentado en la localidad de Ciudad Bolívar y los habitantes en la periferia de la ciudad.  

El barrio El Mochuelo se encuentra en estrecha proximidad al vertedero Doña Juana, lo que ha generado considerables afectaciones ambientales. Las paredes del vecindario, adornadas con grafitis, son testigos de expresiones artísticas que denuncian la degradación del entorno natural. La sensación del viento en este lugar contrasta notablemente con otros puntos de la ciudad, ya que constantemente se percibe un olor a metano que afecta la respiración. El relleno Doña Juana es la carga mastodóntica que viene desde la ciudad formal y “normativamente bien gestionada” en función de pensar su periferia como la receptora de sus desechos. Eso que no vemos o, más precisamente, de lo que no somos conscientes en función del destino final de nuestro actuar en la urbe, termina próximo a la cotidianidad del barrio, y se refleja en millones de toneladas en cerros y cerros de basura. El río Tunjuelo es también uno de los mayores damnificados de esta historia, al ser receptor de los lixiviados resultantes del apilamiento indiscriminado de la basura que producimos. 

A pesar de la gran injusticia que implica la ubicación del basurero, la comunidad local ha encontrado motivación en la colaboración con el Distrito para llevar a cabo la plantación de más de 100 árboles. Se proyecta la plantación de 10 mil árboles adicionales como parte de un esfuerzo conjunto para ampliar las áreas verdes de Bogotá y mejorar la calidad de vida de los residentes (Jardín Botánico, 2023). Sin embargo, este proceso de transformación requiere tiempo y perseverancia; las consecuencias de no hacerlo sobre la salud de los habitantes pueden ser irreparables. Esperamos que este proyecto logre implementarse. 

Un hito siguiente en el recorrido fue el embalse La Regadera, una infraestructura construida por el acueducto con el fin de mejorar el suministro de agua en el sur de la capital. Hoy en día, sigue siendo una fuente vital de abastecimiento para la población, al recolectar agua de los ríos Tunjuelo y Curubital. A simple vista, se observa el bajo nivel de las aguas como consecuencia del fenómeno de El Niño. El aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias, exacerbados por la creciente demanda para uso humano, explican la dramática disminución de la disponibilidad de agua a nivel mundial, fenómeno que se manifiesta en Bogotá en mayo de 2024. 

En el trayecto hacia el hermoso páramo de Sumapaz, entre la neblina, se distinguen las ruinas de una cárcel. Durante el Gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, se construyó allí una prisión para presos políticos, ahora en estado de abandono. Posteriormente, a partir del Frente Nacional (1958-1974), el Sumapaz, al igual que muchas zonas de páramo del país, ha sido escenario del conflicto armado que ha tenido como centro la disputa por la tierra. 

Finalmente, llegamos a la laguna de los Tunjos, donde experimentamos la atmósfera única del páramo de Sumapaz. El frío intenso y el silencio crearon una sensación distinta a todo lo que habíamos experimentado hasta entonces. Para varios de nosotros fue especialmente significativo ver por primera vez los frailejones, seres vivos en los que el agua adopta otra forma corpórea. 

Al lado de la laguna, nuestro guía nos mostró el mapa de las emociones que ha desarrollado su colectivo con la comunidad de la cuenca, y que expresa la conexión de la gente con lo que pasa en el suelo, el agua, el aire y la vegetación del territorio. El deterioro ambiental impacta directamente la salud emocional de personas de todas las edades. Sin embargo, el mapa también refleja el amor y el deseo de cuidar la montaña, el bosque y el río como dadores de vida. 

La belleza del páramo, la presencia de lagunas y montañas moldeadas por el hielo, nos permiten conectar mucho con la naturaleza, específicamente con el cuidado del agua. Contemplar la grandeza del páramo y la existencia de plantas como los frailejones es asombroso. Este viaje marca un antes y un después en nuestra vida, generando un profundo agradecimiento hacia la naturaleza, especialmente por el vital flujo del agua. Este momento llega como una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del uso responsable del agua en Bogotá y en todo el mundo, reconociendo que su escasez no solo nos afecta a nosotros, sino también a todos los seres vivos y ecosistemas. Así que, aunque sintamos que es incómodo el racionamiento, la invitación es a realizar acciones concretas para cuidar el agua siempre.  

El recorrido por la cuenca del río Tunjuelo revela las múltiples realidades que enfrenta Bogotá, desde problemas ambientales y sociales hasta tensiones de violencia arraigadas en la región. Desde el barrio El Mochuelo hasta el páramo de Sumapaz, cada parada resalta la necesidad urgente de abordar estos desafíos de manera integral. Es esencial tomar medidas para proteger la Tierra y fomentar un uso responsable del agua, reconociendo su importancia vital para nuestra ciudad y su futuro. Asimismo, debemos promover dinámicas de consumo más sostenibles para reducir la generación de desechos y adoptar prácticas más eficientes en el manejo de residuos, considerando las graves afectaciones que pueden sufrir las comunidades cercanas. El páramo nos recuerda la fragilidad de nuestro entorno y la necesidad imperiosa de preservarlo, sin traspasar los límites planetarios y locales. 

Jardín Botánico (2023) Distrito y Comunidad Plantarán 10 mil nuevos árboles en Mochuelo Bajo, Jardín Botánico de Bogotá. Disponible en: https://jbb.gov.co/distrito-y-comunidad-plantaran-10-mil-nuevos-arboles-en-mochuelo-bajo/

Un recorrido por la cuenca del rio Tunjuelo | Cider Uniandes
Mural en Mochuelo Alto. Foto: Luz Dahiana Córdoba Rámírez

 

Un recorrido por la cuenca del rio Tunjuelo | Cider Uniandes
Basurero Doña Juana. Fotos: Laura Vannesa Pardo López

 

Un recorrido por la cuenca del rio Tunjuelo | Cider Uniandes
Ruinas de antigua cárcel en medio de frailejones en la cuenca del Tunjuelo. Foto: Laura Vannesa Pardo López

 

Un recorrido por la cuenca del rio Tunjuelo | Cider Uniandes
Embalse La Regadera. Foto: Santiago Acosta Vargas

 

Un recorrido por la cuenca del rio Tunjuelo | Cider Uniandes
Nuestro grupo frente a la Laguna Los Tunjos con el guía Esteban Restrepo. Foto: Luz Dahiana Córdoba Rámírez

 

Un recorrido por la cuenca del rio Tunjuelo | Cider Uniandes
Divisando la cuenca del Tunjuelo en un mapa de las emociones. Foto: Luz Dahiana Córdoba Rámírez