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Río negro, Río vivo: colectivo Cáqueza orgánica y sus iniciativas de defensa del río Guayuriba frente a la explotación minera

El 7 de septiembre de 2024, en el marco del curso Justicia ambiental y climática, realizamos una salida de campo a Cáqueza, Cundinamarca para conocer el río Guayuriba y las iniciativas creadas por la comunidad para su defensa.  

Fotografía 1. Alzate, S. (2024). Cáqueza, vista panorámica de Río Negro. 

Cáqueza es un municipio ubicado en el suroriente del departamento de Cundinamarca, a 40 km al sur de Bogotá, en la vía que conduce a los llanos orientales. Adquiere su nombre del vocablo muisca que hace referencia a “tierra sin bosque”, debido a sus rocosas e imponentes montañas con pocos ecosistemas forestales. Río Negro es una de las 35 veredas que conforma a este municipio. Tal como su nombre lo indica, el río Negro que hace parte de la cuenca del río Orinoco, atraviesa este territorio, su historia y la de sus pobladores. Esta fuente hídrica nace en los municipios de La Calera y Guasca, donde se conoce como río Blanco. A medida que avanza hacia el sur se une con el río Negro, que tiene su origen en el páramo de Chimizales. Posteriormente, al ingresar al departamento del Meta, recibe el nombre de río Guayuriba.   

En el punto de encuentro nos esperaban los que serían nuestros guías durante esta jornada: Egui Gutiérrez y Julián Velásquez. Caminamos montaña abajo hasta llegar a la finca "Sueño Verde: deportes de aventura", lugar en el que inician los recorridos en el río para turistas y locales. En un primer momento, los anfitriones compartieron una visión general del significado del río Negro para la comunidad local, considerado como una línea de vida, pues proporciona agua para la agricultura, el uso doméstico y otras actividades que sostienen a la región. Sin embargo, el río Negro, como tantos ríos en todo el mundo, está atrapado en un conflicto entre la explotación y la preservación. 

Fotografía 2. Pardo, A. (2024). Cuenca alta del río Negro, zona de extracción minera. 

En las últimas dos décadas, la supervivencia del río se ha visto amenazada por las concesiones mineras otorgadas por Corporinoquía a trituradoras como ADEO y Contrissa, que llevan más de 20 años extrayendo material de arrastre y construcción en la cuenca alta del río. Estos proyectos, que le generan ganancias económicas al Estado, no tienen en cuenta los impactos ambientales, sociales y culturales que generan en el territorio, ni la redistribución local de sus “beneficios”. La inoperancia de la administración pública en la gestión de la cuenca ha sido evidente, pues el Plan de Manejo y Ordenación de una Cuenca (POMCA) ha experimentado fuertes asimetrías en las relaciones de poder, lo que ha resultado en procesos inequitativos y antidemocráticos que priorizan los intereses económicos alrededor del río sobre su función como organismo articulador de los actores que conviven y subsisten del mismo. (Ojeda et al, 2015) 

Iniciamos nuestro recorrido conociendo la cuenca media del río Negro: la otra cara del río. Este es un espacio que a simple vista evoca un panorama desolador, pues aunque aún no ha sido intervenido por las empresas mineras, la explotación en la parte alta del río ha causado estragos, reduciendo su vegetación y biodiversidad. Egui y Julian nos cuentan que el agua que ahora tiene un color gris espeso, antes albergaba peces y nutrias. Sin embargo, al escuchar los relatos e iniciativas de ambos líderes para la defensa del territorio, se crea un ambiente de esperanza. A pesar de su deterioro, el río Negro aún es un lugar en el que confluye la vida y el disfrute de los habitantes de Cáqueza y los turistas que lo visitan. Incluso las garzas han regresado, pues han encontrado en los árboles que rodean el Río un hábitat adecuado para establecerse, lo cual es un indicio muy alentador de la recuperación de la biodiversidad al territorio. 

Fotografía 3. Rodríguez, A. (2024). Cuenca media del rio Negro. 

Ante la amenaza de las concesiones mineras y el desarraigo de la comunidad caqueceña del río Negro, las familias de Egui, Julián, y otros habitantes del municipio crearon el colectivo “Cáqueza orgánica” hace aproximadamente diez años. Plantean una alternativa de uso, cuidado y defensa del río frente a las disposiciones institucionales, por medio de la agroecología, el arte, y el turismo comunitario, ecológico y de aventura. Para empezar, las familias transformaron sus cultivos convencionales en orgánicos y promovieron el turismo comunitario en el sector. Posteriormente, con el objetivo de abordar las problemáticas diversas del municipio y promover una identidad caqueceña enlazada con el río, crearon otras iniciativas, tales como: “Sueño Verde: Por un río Vivo”, que promueve la práctica de deportes extremos como el rafting y el kayak en el Río Negro; “Quispica”, un proyecto de permacultura, autoconsumo y conocimiento de plantas nativas; y “Hazlo tú mismo”, que busca relacionar los procesos de defensa de la tierra y el agua con el arte y la cultura, para que los niños, niñas y jóvenes caqueceños se apropien de su territorio.  

Estas iniciativas no solo contribuyen a la preservación del entorno, también buscan demostrar a los caqueceños que se puede hacer un uso responsable del río Negro por medio de actividades deportivas, culturales y agroecológicas, que generen ingresos y contribuyan con el desarrollo del municipio sin afectar su fuente hídrica. Con ello, se espera reducir los niveles de migración de los jóvenes del municipio, quienes debido a la falta de oportunidades y arraigo por el río, se desplazan hacia la capital o eligen trabajar para las empresas mineras. Asimismo, los líderes del colectivo buscan forjar una nueva relación de los habitantes con el Río Negro, de manera que puedan reconocer la capacidad y responsabilidad que tienen en la defensa su tierra, su agua y su futuro desde las acciones cotidianas y los proyectos propios.  

Fotografía 4. Rodríguez, A. (2024). Egui y Julián, líderes del Colectivo Cáqueza orgánica. 

Durante la visita se reflexionamos sobre el espíritu del río. Al respecto, Julián afirma que hace parte de los caqueceños, su memoria y su identidad local; si se maltrata al río, se maltrata a sus pobladores. Por ello, la preservación del Río Negro no es solo una batalla ambiental, es una lucha por recuperar el alma de la comunidad. Por otro lado, Egui considera que el río conserva su espíritu en cuanto la comunidad se relaciona con él bajo unas dimensiones que superan la esfera de las políticas públicas y de los instrumentos ambientales: desde el amor y el disfrute. Esto lo denominamos la “Micropolítica del Goce”.  

Los logros alcanzados hasta ahora son tan valiosos como los desafíos que aún persisten. La empresa que actualmente tiene la concesión sobre la cuenca media del Rio Negro prohíbe cualquier otra actividad en él, razón por la cual Egui y su proyecto “Sueño verde” no tienen un permiso formal de uso del río para sus actividades deportivas. Sin embargo, la empresa minera tampoco ha podido llegar hasta el río, pues los campesinos propietarios de los predios aledaños han decidido rechazar su entrada, así como las ofertas económicas para vender sus tierras o participar de la extracción. Así las cosas, actualmente el Río Negro es de todos y de nadie. 

Por último, esta visita resalta los esfuerzos de colectivos en el país por devolver a los ríos la posición que les corresponde como elementos críticos para el sostenimiento de la vida, no solo a nivel de supervivencia, sino de vida comunitaria, desarrollo histórico, social y cultural. Asimismo, refleja la importancia de la participación activa de estudiantes, profesores e instituciones educativas en este tipo de iniciativas, pues su conocimiento y habilidades pueden ser un gran apoyo para la defensa del río.  

Fotografía 5. Pardo, A (2024). Estudiantes del curso Justicia ambiental y climática, profesora María Cecilia Roa y líderes del Colectivo Cáqueza orgánica. 

Referencias:  

Rinaldi, P. N. (2021). “Una cuenca de todos y de nadie”: Análisis del Plan de Ordenación y  Manejo de Cuencas Hidrográficas (POMCA) del Río Guayuriba.  PP&D Política Pública y  Democracia, 1-13. 

Autores: 

Melissa Marín López, Angie Catherine Pardo, Lisa Sydow, Ana Sabina Rodriguez Van Der Hammen, Laura Sofia Alzate Cubides, Juan David Reyes Fernandez, Diana Mayerly Garcia Hidalgo, Ingrid Camila Peñaloza Ortega, Alexandra Cumbe Figueroa, Santiago Acosta, Christian Hernando Bedoya, Lina Marcela Piedrahita Toloza, Jesus David Medina Ruiz, Velislava Yosifova Vasileva, Juan Felipe Vidales Ricaurte, Maria Angelica Rojas Buitrago, Johan Sebastian Rozo Calderon, Julian Camilo Peraza Cupasachoa, William Leonardo Peraza Herrera, Claudia Alexandra Lobaton Villavicencio