Diálogos Improbables: Hacia una Amazonía Sostenible
El pasado miércoles 12 de marzo, la Universidad de los Andes fue escenario de un encuentro clave para el futuro del Putumayo: "Diálogos improbables, Hacia una Amazonía Sostenible. Diversificación económica y Transición Energética: Caso Putumayo". Con el respaldo de Natural Resource Governance Institute y Gordon and Betty MOORE Foundation, el evento reunió a representantes del sector público, privado y comunitario con un propósito común: discutir estrategias para un desarrollo sostenible en una región rica en biodiversidad, pero con desafíos económicos y ambientales significativos. Bajo la invitación del profesor Javier García-Estévez del Cider, la conversación fluyó a lo largo de dos bloques de intervenciones.
En el primero, Geraldin Velásquez Vega, Coordinadora del Proyecto Gestión Integral de Destinos, Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, puso sobre la mesa la urgencia de profesionalizar el turismo en el Putumayo. Aunque la región cuenta con un potencial inmenso para el turismo de naturaleza, muchas iniciativas siguen siendo emprendimientos individuales sin una estructura empresarial consolidada. Para ella, el reto es transformar este sector en una opción sostenible y organizada, con una comunidad involucrada de manera activa y respetuosa con su entorno. Walker Emelec Hoyos, jefe de área protegida SFPMOIA, Parques Nacionales Naturales, por su parte, abordó la transformación económica de la región, históricamente dependiente de la extracción de recursos y la producción de coca. Sin embargo, destacó cómo comunidades indígenas y campesinas están promoviendo modelos productivos sostenibles en busca del "buen vivir". En este contexto, resaltó el papel de iniciativas como el proyecto Vida Silvestre, financiado por Ecopetrol y la Fundación Santo Domingo, que ha impulsado proyectos de conservación y producción sostenible en alianza con las comunidades locales.
Desde Ecopetrol, Lorena Ortíz, lider de soluciones naturales del clima de Ecopetrol S.A, explicó cómo la estrategia 2040 de la compañía integra la sostenibilidad como un eje central. Según ella, el proceso de paz ha permitido el acceso a territorios previamente inaccesibles, lo que ha abierto nuevas oportunidades para la investigación en biodiversidad y el desarrollo sostenible. El desafío de cambiar la economía basada en la coca hacia un turismo sostenible también fue abordado por César Wilinton Chapal Quenama, Líder Indígena y Social, Representante del Resguardo Indígena Villanueva, Municipio de Orito, quien destacó el turismo ancestral como una alternativa viable. Para que este modelo prospere, recalcó la necesidad de establecer convenios con empresas como Ecopetrol que permitan su fortalecimiento.
Natalia Franco, exdirectora del Cider, desde la academia, compartió experiencias de la Universidad de los Andes en proyectos de innovación turística con el Ministerio de Comercio. No obstante, reconoció que aún falta trabajo para incluir a Putumayo en estas iniciativas y que la clave está en garantizar que el turismo sostenible sea una opción económicamente viable para las comunidades. Dora Moncada de la ANDI insistió en la importancia de fortalecer las instituciones locales para que la inversión privada pueda alinearse con las necesidades del territorio. Además, enfatizó el valor de la ciencia participativa y comunitaria en la generación de conocimiento, aunque advirtió que la falta de regulaciones claras podría limitar el aprovechamiento responsable de los recursos naturales.
En la segunda parte del evento, Carlos Eduardo Vargas, secretario de Planeación y Medio Ambiente del Municipio de Puerto Asís, puso sobre la mesa el mecanismo de "obras por impuestos" como una herramienta clave para financiar proyectos de transición energética y desarrollo en Putumayo. Si bien estos recursos han permitido avances importantes en infraestructura y programas sociales, subrayó la necesidad de mejorar la planificación y gestión financiera para lograr un impacto más eficiente. El debate continuó con las intervenciones de César Wilinton y Jonathan David Sanchez Rippe, Especialista Sectorial y Corporativo en Cambio Climático y Biodiversidad, WWF, quienes señalaron cómo la visión externa de la Amazonía muchas veces no coincide con la realidad de sus habitantes. Ambos enfatizaron la urgencia de diseñar modelos de cooperación y financiamiento más flexibles, capaces de responder a las necesidades cambiantes del territorio y garantizar una participación activa de las comunidades en la toma de decisiones.
Erik Dhaenens, consejero Medio Ambiente, Clima y Empleo - Embajada Unión Europea, también aportó su perspectiva, destacando que incluso si el presupuesto gubernamental se multiplicara, seguiría siendo insuficiente. Para él, la clave está en crear un entorno que fomente la inversión privada y la colaboración entre sectores para complementar los recursos disponibles. Finalmente, Danny Fernando Ramírez Bastida, director general del Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las Zonas No Interconectadas (IPSE), cerró la discusión con un llamado a la justicia en la transición energética. Insistió en que cualquier proceso de cambio debe respetar las particularidades culturales y las formas de vida de las comunidades amazónicas. Para lograrlo, planteó la necesidad de articular esfuerzos entre actores públicos y privados, garantizando que las tecnologías sean aliadas del desarrollo sin poner en riesgo la identidad de quienes habitan el territorio.
El evento dejó en claro que la sostenibilidad del Putumayo requiere una articulación efectiva entre diversos sectores. La profesionalización del turismo, la diversificación económica más allá de la coca, la inversión en infraestructura con un enfoque participativo y el diseño de políticas públicas adecuadas fueron algunos de los temas clave que emergieron de la conversación. A medida que el sector privado, la cooperación internacional y las comunidades locales continúan sumando esfuerzos, el gran desafío será construir modelos de gobernanza inclusivos que permitan tomar decisiones de manera conjunta. En definitiva, el futuro del Putumayo y de la Amazonía dependerá de encontrar un equilibrio entre desarrollo económico, conservación ambiental y respeto por la riqueza cultural del territorio.