La transformación territorial de la Sabana de Bogotá: conurbación y expansión urbana dispersa: ¿una transformación insostenible?.
La ocupación urbana del territorio de la Sabana se caracteriza por un proceso de conurbación y de expansión urbana dispersa vinculada al crecimiento poblacional de Bogotá, al incremento en el precio del suelo y a la falta de generación de suficiente suelo urbanizable. Se trata una transformación con dinámicas funcionales diferentes: formas de ocupación dispersas en el norte, semicompactas en el occidente y compactas en el sur, como se evidencia en la Figura No 2.

Fuente: Cider 2017
La figura muestra las diferentes modalidades adoptadas por la huella urbana entre 1989 y 2016: en el sur, conurbación con el municipio de Soacha; en el occidente, conurbación entre Bogotá-Funza-Madrid y Bogotá-Cota, caracterizada por la habilitación de usos de carácter industrial y de logística localizados en corredores viales Calle 13 y 80, complementarios a la actividad del aeropuerto; y en el norte, conurbación y expansión dispersa por aparición de usos tradicionalmente urbanos como los usos: residenciales, comerciales y dotacionales, pero localizados sobre suelos clasificados como rurales. Los municipios del corredor Cota, Chía, Cajicá, Sopó y La Calera concentran la oferta de suelo para vivienda campestre en función de la oferta ambiental y paisajística.
El estudio de huela urbana del 2020 del IDOM muestra que entre 2005 y 2016 el suelo con mayor desarrollo en la Sabana fue el rural suburbano, representando el 30% del total, seguido por otras categorías del suelo rural con un 28%, el suelo urbano con un 26% y finalmente los suelos de expansión que representan alrededor del 5%. Los municipios de la región metropolitana (1er anillo) aumentaron 11 veces más su territorio por habitante que Bogotá entre el 2005 y el 2016: pasando de 7.815 ha (2005) a 27.309 ha (2016) en la región; mientras que Bogotá paso de 33.506 ha (2005) a 36.146 (2016). Bogotá aumento 2.637 hectáreas, mientras que la región creció 19.494 ha.
El crecimiento de la aglomeración urbana de la Sabana se caracteriza por un desarrollo conurbado y disperso, caracterizado por el crecimiento de suelo suburbano[1]. Entre el 2005 y el 2016 las decisiones de los POT de los municipios de la Sabana evidencian la intención por expandir la ocupación del suelo a través de la categoría de rural suburbano sin el aprovechamiento de obligaciones urbanísticas o sistema de reparto equitativo de cargas y beneficios. Según la Cámara de Comercio, entre los años 2000 y 2010 el perímetro urbano se multiplico en varios municipios así: Chía, Tenjo, Gachancipá, Bojacá y Sibaté casi 1.9 veces; la Calera casi 2,7 veces; Cota y Mosquera casi 3,4 veces; Tocancipa y Funza casi 3,7 veces. En un estudio desarrollado por Molina sobre los cambios en las dinámicas de ocupación de la sabana señala que los patrones de suburbanización en el norte de la Sabana de Bogotá tiene las siguientes características[2]:
“desarrollos de baja densidad para altos ingresos, con conceptos de vivienda de tipo élite, en municipios como Sopó, Chía, Cota y Cajicá; conjuntos de baja densidad para ingresos medios y altos en la Calera; Conjuntos de densidad media en Chía y Cota, en zonas de franjas entre el Río Bogotá y el Río Frío, así como en zonas agrícolas, de reserva indígena y en la zona montañosa de uso forestal; conjuntos cerrados para ingresos medios en zonas dispersas, alejados de centros urbanos en Cota, Zipaquirá y Puente de piedra en Subachoque y subdivisión de fincas agrícolas para residencias secundarias en municipios apartados de Bogotá: Subachoque, Tabio, Tenjo, El Rosal y La Pradera. (Molina, 2017, p. 24)”.
Los estudios sobre el crecimiento de la aglomeración urbana de la Sabana de Bogotá muestran que la tasa de expansión urbana se caracteriza por ser mayor que la tasa de crecimiento poblacional y la demanda real de vivienda. El atlas de expansión urbana en Colombia muestra que la tasa de variación de la huella urbana en la Sabana de Bogotá creció mientras que la de su población se redujo. Entre 1991 y 2017 la tasa de variación de la huella urbana fue de 1.80%, mientras que la tasa de variación de la población fue de 1.50%. Los Planes de ordenamiento territorial habilitaron suelo suburbano sobredimensionando la oferta del suelo respecto a los requerimientos de suelo para vivienda. Teniendo en cuenta las proyecciones de crecimiento poblacional estimado y las densidades establecidas por los POT municipales, varios municipios sobredimensionaron la oferta de suelo respecto a sus requerimientos. El crecimiento urbano en la Sabana supero la tasa de crecimiento de la población. La problemática es mayor dado que en la mayoría de los municipios el suelo suburbano habilitado aún se encuentra disponibles, lo que podría inducir a la especulación del mercado del suelo. Decisiones que indujeron a modelos urbanos poco compactos.
Este modelo de ocupación urbana disperso y no planificado de la Sabana fragmentó la estructura ecológica regional y los servicios eco-sistémicos, y desplazo las actividades y formas de vida rurales; implica una pérdida de la ruralidad. Los “municipios de la Sabana de Bogotá en mayor medida y otros municipios tradicionalmente agropecuarios por vocación, han venido evidenciando pérdidas de productividad y disminución del área sembrada (163)”
El modelo de ocupación urbana dispersa y desordenada de la Sabana de Bogotá ha generado varios tipos de afectaciones: la contaminación de ríos, la ocupación de rondas y humedales; la degradación y desaparición de ecosistemas importantes para la resiliencia y sostenibilidad del territorio; la reducción de la capacidad hídrica; la afectación de paramos por la expansión de la frontera agrícola, entre otros.
[1] Entre los suelos rurales se definieron como suelos suburbanos, aquellos en que “se mezclan los usos del suelo y las formas de vida del campo y la ciudad, diferentes a las clasificadas como áreas de expansión urbana, que pueden ser objeto de desarrollo con restricciones de uso, de intensidad y de densidad, garantizando el autoabastecimiento en servicios públicos domiciliarios, de conformidad con lo establecido en la Ley 99 de 1993 y en la Ley 142 de 1994. (Ley 388 de 1997, art. 34)”.
[2] Molina, L. (2017). Esto es una migración de la ciudad al campo. Cambios en las dinámicas sociales, económicas y ambientales de la Sabana de Bogotá (Tesis de pregrado). Universidad Externado de Colombia. https://bdigital.uexternado. edu.co/handle/001/636