AGUA BONITA SE PINTA DE COLORES CON MANOS DE PAZ Y RECONCILIACIÓN . UN ESPACIO DE ESPERANZA Y RESISTENCIA
Diego Valencia
Firmante del Acuerdo Final de Paz
Coordinador de Turismo Integral para la Paz- TURIPAZ
Aranzxa Borda Quintero
Trabajadora Social
Egresada del Programa de Maestría en Género- Cider 2021
Instagram: @aguabonitafestival
Facebook: Agua Bonita se Pinta de Colores
Pisar el territorio del ETCR de Agua Bonita es adentrarse en el realismo mágico, en una utopía de paz, donde el río, las piedras y los árboles cuentan la historia de una guerra que arrebató anhelos, vidas y sentires; el relato de una tierra que no tenía permitido soñar con la paz y que ahora, de manera increíble el atardecer ya no es sinónimo de temor ni confinamiento, donde en vez de lágrimas se escucha el cantar de los monos ardilla de Humboldt, indicando que la luna, gran aliada de la noche ilumina el camino, el derecho a habitar el espacio público en libertad como las guacamayas, con la certeza de un nuevo despertar, donde las niñas y los niños pueden ir a estudiar y donde la apuesta por la reconciliación y reconstrucción del tejido social de la mano de la Manigua caqueteña, el espíritu de la selva [1] y su embrujo, es el motor para reconstruir una sociedad más justa, equitativa e irreverente en el corazón de la Amazonía.
De los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación- ETCR, creados en el 2017 a partir de la firma del Acuerdo Final de Paz, donde aún viven aproximadamente 3000 personas firmantes con sus familias y comunidades; hay un ETCR que no solo resalta por su capacidad organizativa y comunitaria, sino por pintar la paz de colores, de sentido, esperanza y resistencia, el ETCR de Agua Bonita, Héctor Ramírez; un centro poblado hecho una obra de arte con alrededor de 250 murales, que pasó de ser un espacio evitado, a una zona turística, un ejemplo de paz y juntanza. Esta es una pequeña crónica de la reincorporación, de una paz imperfecta esculpida por manos campesinas, colores y deseos, narrada por la voz de Diego Valencia, firmante de paz y gestor de esta historia y Aranzxa Borda, activista por la paz, espectadora de este sueño.
La Montañita, un territorio teñido por la guerra
Cuando se menciona el departamento de Caquetá, es inevitable que los primeros pensamientos estén asociados con la guerra, las FARC-EP y el secuestro de Ingrid Betancourt y Clara Rojas en el 2002, acompañados de una sensación de temor e incertidumbre. Por lo que en un segundo plano queda la megabiodiversidad, pluriculturalidad, variedad de ecosistemas, riqueza hídrica, características del departamento, que hacen de este una zona biológica, estratégica para Colombia y el mundo[2].
Y es difícil no pensar en esto, porque antes de la firma del Acuerdo Final de Paz, considerar visitar el Caquetá era una locura, ya que estaba catalogado como “zona roja”. Este territorio fue clave en el fortalecimiento de las FARC-EP y en la configuración de la guerra colombiana, pues desde su creación en los años 60, donde después de los bombardeos a Marquetalia, se asentaron en el norte caqueteño, el corredor de San Vicente del Caguán hasta La Montañita, el departamento fue estratégico para afianzar el poder local de las FARC-EP. En 1982 se creó el frente 14 del Bloque Sur, con jurisdicción en el norte de Caquetá y Putumayo, que tuvo como comandantes a Iván Márquez, Fabián Ramírez y al Mono Jojoy[3].
La Montañita es un municipio con ubicación estratégica siendo el corredor entre la capital y el norte del departamento, además por la riqueza de sus recursos naturales y características de suelo ha sido víctima de múltiples violencias desde la época de la colonización hacia los pueblos indígenas huitoto. Por sus características fue atractivo para diferentes actores por la bonanza del caucho y la quina, siendo una zona clave para el acceso a terrenos baldíos. Se constituyó como uno de los centros económicos más importantes del departamento, ya que sufrió colonización hacendataria por parte de la familia Lara para ganadería extensiva [4].
Desde este municipio, territorio refugio de las FARC-EP, se gestó el debilitamiento de los gobiernos locales del departamento, “Caquetá fue una de las zonas más afectadas pues perdieron la vida los alcaldes de Cartagena del Chaira, Montañita y Solita, y otros diez fueron amenazados” (p.206)[5], lo que promovió la presencia de otros grupos armados como lo paramilitares, siendo Caquetá territorio pionero de su aparición en el país. Es así como en la Montañita se reforzó la militarización y la priorización en los planes estratégicos de las Fuerzas Militares desde la primera presidencia de Álvaro Uribe, por un lado para garantizar la seguridad de la población civil y por el otro, por garantizar la estabilidad económica del proyecto ganadero, por lo que se creó la base militar de Larandia[6].
Agua Bonita, tierra de colores de paz
Después de la firma del Acuerdo de Paz, la población firmante llegó a la Zona Veredal Transitoria de Normalización- ZVNT [7]ubicada en la vereda Agua Bonita, del municipio de La Montañita. Con el paso del tiempo, las condiciones del lugar se fueron organizando para hoy convertirse en el centro poblado, Agua Bonita 2 con la llegada de alrededor de 327 firmantes de paz. Se inició un proceso de lucha comunitaria que no fue fácil, pero se logró gracias al empuje de la comunidad firmante y al buen corazón de un sacerdote que creyó en y el compromiso ferreo con la paz y negoció con la población un valor asequible de la tierra considerando su capacidad de pago y a un plazo razonable; es así como en 2018 Agua Bonita se convirtió en el primer ETCR en acceder a tierra de forma autogestionada, que no es suficiente para la productividad, pero si para un proyecto de vivienda, que espera con optimismo que algún día se logre
El ETCR de Agua Bonita se ha caracterizado por su organización social y comunitaria, desde el principio del proceso se logró que crearan su propio modelo de organización con la constitución de la Junta de Acción Comunal en el 2018 y el reconocimiento de la personería jurídica en el 2019, la conformación de la Cooperativa Multiactiva para el Buen Vivir y la Paz del Caquetá- COOMBUVIPAC en el 2018 y un Consejo local para el accionar político. Este ETCR es uno de los pocos que ha logrado mantenerse organizativamente en el tiempo, debido a las formas organizativas desarrolladas en coordinación con los proyectos productivos de piña, ganadería, avicultura, porcicultura, piscicultura, pulpas de frutas, vivero ambiental, producción de panela, confecciones, artesanías, turismo de paz, entre otros, que aunque aún no son sostenibles se mantienen en el territorio[8]; gestando un proyecto de vida individual y colectivo para alrededor de 500 personas entre firmantes y comunidad que se encuentran viviendo en el ETCR, que también se ha convertido es una estrategia de prevención a la deserción del proceso de reincorporación.
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Luego de la firma del Acuerdo de Paz, en la última marcha en armas cuando las ex FARC-EP se desplazaban del río Mecaya a las ZVTN de Putumayo, muchas personalidades y organizaciones de diferentes lugares del país acompañaron este suceso, entre ellas la Fundación Inty Grillos Colorbia del Valle de Sibundoy, un colectivo de artistas, defensores de derechos humanos y ambientalistas que hizo el cubrimiento videográfico de toda la marcha hasta llegar al ETCR de Heiler Mosquera. En la historia de las antiguas FARC-EP, las y los ex combatientes, fueron las y los primeros grafiteros de Colombia, lo cual permitió una conexión fuerte con la Fundación y un vínculo imborrable con esta forma de arte, es asi como a tan solo 15 dias de la ultima marcha, La Fundación propuso hacer los primeros talleres de muralismo, y con esto los primeros murales del espacio.
A los tres meses, un firmante del Acuerdo de Paz, protagonista de esta historia, decide mudarse al ETCR de Agua Bonita en Caquetá, y para agosto del 2017, extasiado por el proceso de Putumayo y por el alcance del arte en la construcción de paz, propone a las instancias y directivos de la ZVTN invitar, a Diego el Grillo y David el Pelu, artistas y directivos de la Fundación, para realizar los primeros murales en agua bonita, ahora grandes amigos y aliados de la reincorporación, entre trazos y brochas se inicia la “idea loca” de llevar a cabo el festival en Agua Bonita, de trasladar el arte urbano a una zona rural en un momento histórico clave para Colombia. Es aquí donde nacen las primeras líneas de muralismo rural en Caquetá como una forma de hacer arte con sentido reparador y político, como un ejercicio de resistencia y de memoria histórica del conflicto armado y de la organización de las FARC-EP, que a través de los colores trata de dar vida a los sueños que nacen en la reincorporación, que para este 2025 desarrollará su 8va versión.
El festival Agua Bonita se Pinta de Colores con Manos de Paz y Reconciliación es uno de los eventos más importante de la comunidad de firmantes del municipio, es un escenario que afianza la paz en un territorio fuertemente abatido por el conflicto, pero que sigue en pie de lucha por la reconstrucción del tejido social. Año a año reúne cerca de 80 artistas y a miles de ciudadanos y ciudadanas de todo Colombia[9], se lleva a cabo durante 7 días, en una semana artística donde se trabajan 5 ejes fundamentales: ambiental, cultural, reconciliación, género y diversidades, y educación. El principal objetivo del festival, es convocar a diferentes sectores del país, sin distinción de colores políticos o ideológicos, para incentivar el diálogo sobre la paz y reconciliación, por medio del arte como herramienta fundamental en la construcción de paz, que permita llegar a puntos de encuentro y desde allí construir sentires y pensares desde las diferencias, la empatía, la solidaridad y el respeto en pro de país diverso y en paz.
Simultaneo al muralismo se hacen conversatorios del arte y la cultura en la construcción de paz, en relación con temas de conservación y cuidado ambientales, de género y diversidades; espacios de diálogo sobre los avances de la implementación del acuerdo final de paz, sobre deportes, juegos tradicionales y saberes ancestrales desde un modelo de escuela gráfica. El festival no solo no conoce límites ideológicos y políticos, sino tampoco etarios pues reúne personas de todas las edades, desde niñas y niños hasta personas mayores; no hace distinciones de clase, sexo, género o discapacidad, pues convoca al trabajo comunitario a toda persona que quiere apostarle a la paz desde el acercamiento al arte.
Agua Bonita se Pinta de Colores es autogestionado por la población firmante de paz y la comunidad Caqueteña como gestoras de paz, es el resultado de la confianza y el trabajo colectivo, por lo que todos los años se busca realizar alianzas con diferentes sectores, se consiguen articulaciones con organizaciones sociales, instituciones públicas y privadas, grupos de voluntariados, colectivos culturales, medios comunitarios y también con Cooperación Internacional, con el fin de gestionar los recursos. A pesar de que a veces faltan ingresos, el talento humano se multiplica gracias al compromiso de la gente y las ganas de seguir construyendo paz con el arte.
Las personas firmantes han sido fundamentales en el fortalecimiento del tejido social en Agua Bonita 2 y en las comunidades aledañas. A través del festival se ha promovido iniciativas organizativas junto a las juntas de acción comunal y otras veredas; se ha impulsado una agenda de reconciliación a nivel municipal y departamental; ha sido una herramienta para superar estigmas e imaginarios sociales sobre las personas que por distintas razones se unieron a las FARC-EP, y que ahora están evidenciando su voluntad en la construcción de paz, sus buenas prácticas políticas y organizativas. Gracias al festival también se han promovido ejercicios de gobernanza entre la institucionalidad pública y privada haciendo un llamado a la corresponsabilidad en el ejercicio de la paz y se ha incentivado la creación de nuevos colectivos de jóvenes y artistas en el departamento. Agua Bonita se Pinta de Colores ha logrado reunir a firmantes de paz, campesinos, artistas, voluntarios, mujeres, niños, jóvenes, universidades, instituciones, organizaciones sociales y gente de otras regiones para hablar de los dolores y anhelos de Colombia, ha permitido a las y los participantes reconocerse en las otras personas y sembrar una semilla de paz para la transformación estructural de país, donde se han cambiado las armas por las brochas, las latas y la pintura.
Este encuentro de manos y saberes ha permitido que quienes vienen de afuera conozcan otra cara del Caquetá: una tierra que apuesta por la vida, el arte, la resistencia y la reconciliación. El festival ha permitido “fortalecer la identidad caqueteña y trabajar en la reparación colectiva de afectaciones invisibles como las divisiones sociales que han dejado más de 54 años de conflicto armado en el país”[10]. Gracias al proceso de paz y a la reincorporación, algunos territorios olvidados como La Montañita surgen a la luz desde su propia historia, desde su sentido de territorio, con sus murales llenos memoria que combina con el verde vivo y de esperanza, de los paisajes y la Managua.
¡EL ARTE RURAL ES SINÓNIMO DE CONSTRUCCIÓN DE PAZ!
[1] Gutirrez, C. (6 de febrero del 2019). El embrujo de la Manigua como encanto del verde amazónico. El Campesino.co.
[3] Losada, D. (2024). Análisis Del Cumplimiento Del Acuerdo Final De Paz En El Etcr De Agua Bonita, Municipio De La Montañita, Caquetá. (Tesis de Maestría). Universidad Externado de Colombia.
[4] Centro Nacional de Memoria Histórica (2017). La tierra no basta: Colonización, baldíos, conflicto y organizaciones sociales en el Caquetá. Imprenta nacional.
[5] Centro Nacional de Memoria Histórica (2014). Guerrilla y población civil. Trayectoria de las FARC 1949-2013. CNMH.
[6] Losada, D. (2024). Análisis Del Cumplimiento Del Acuerdo Final De Paz En El Etcr De Agua Bonita, Municipio De La Montañita, Caquetá. (Tesis de Maestría). Universidad Externado de Colombia.
[7] Borda, L.A. (2024). El proceso de paz, la voluntad política de firmantes de paz. Boletin 180, noviembre. CIDER, Universidad de los Andes.
[8] Losada, D. (2024). Análisis Del Cumplimiento Del Acuerdo Final De Paz En El Etcr De Agua Bonita, Municipio De La Montañita, Caquetá. (Tesis de Maestría). Universidad Externado de Colombia.
[9] Vargas, K. (4 de septiembre del 2021). Caquetá, una región que se pinta de colores por la paz. Radio Nacional de Colombia- RTVC.
[10] Ibid