PARTICIPACIÓN SOCIAL EN LA RENOVACIÓN URBANA DEL BARRIO LOS OLIVOS.

La historia de Patricia Melo comienza en un pasaje en la calle 65 con primera, el lugar donde vivía y pagaba arriendo con su madre. Cuando Patricia tenía 19 años y tres hijos, llegó a ella un rumor, entre la calle 61 y 62, muy cerca de su casa, personas externas estaban invadiendo los terrenos de la zona. Cuenta Patricia que ella y una amiga decidieron mudarse a lo que sería el barrio de Los Olivos, porque ellas eran personas “de toda la vida”, siempre habían vivido en el barrio, así que, a Patricia y a su amiga les pareció razonable tomar un pedazo de tierra y “hacerse al lugar”. Las cosas no fueron sencillas, porque siempre estuvo la adenda que cuando llegara el dueño de las tierras debían irse, las casas de zinc o plástico que erguían en los lotes eran destruidas continuamente por la Policía para evitar la invasión. Sin embargo, con el tiempo, el dueño nunca apareció y el barrio logró tener acceso al agua, a la luz y hasta una organización comunitaria: una Junta de Acción Comunal.

Hasta ese momento, Patricia no había intervenido en la organización del barrio; sus hijos y su edad habían sido los motivos para estar alejada de la junta de acción. Un vecino, don Nicolás Romero, quien vivía en la quebrada Las Delicias y ejercía como celador, se acercó un buen día para solicitarle a Patricia un favor: ser la vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal a la que el señor Romero se postulaba como presidente. Sin pensarlo, el señor Romero ganó la presidencia e involucró a Patricia en temas de planeación. A los 22 años y durante cuatro años, Patricia Melo fue presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Los Olivos.

Magnolia Quintero, Niña Blanca, Doña Rosalba, Myriam, nombres de mujeres que se escapan de los recuerdos de Patricia para mencionar el matriarcado con el que compartía en la unta de acción comunal. “Todas líderes que apoyaban el barrio”, menciona, del entonces grupo al que ella perteneció como presidenta y vicepresidenta. Esto se dio así, porque las tareas se dividían entre los hombres y las mujeres. Las mujeres se encargaron de las necesidades, los jardines, la luz, el agua, el cocinol y los hombres trabajaban dando pica, conectando la luz.

A medida en que pasaban los años, y nacían nuevas generaciones, en los Olivos fueron testigos de cómo su entorno se llenaba de edificios

Aquí tumbaron árboles y empezaron a construir, dónde antes eran montañas. Ahora son construcciones», cuenta Patricia con mucha tristeza. La urbanización aumentaba la presión que sentían los habitantes del barrio por parte de los privados para vender sus tierras. “No queríamos salir, teníamos miedo, casi no salíamos de nuestra casa, no hablamos con nadie”, recuerda lo que era la situación de aquel entonces.

La comunidad observaba cómo cada vez quedaba menos espacio para vivir, para reubicarse, pero gracias a las reuniones que la Junta de Acción Comunal, los moradores sabían que era posible quedarse en el territorio. De este proceso, 20 familias lograron quedarse de las 109 familias del barrio. El proceso de revitalización urbana se dio entre el miedo generalizado de la comunidad y el desconocimiento sobre lo que significaba participar de un proyecto de revitalización. «Cuando uno oye revitalización es que sacan a la gente, eso es lo que entendíamos nosotros» dice Patricia, quien además reconoce que la revitalización es proponer un entorno mejor a quienes se quedan o el pago justo de sus viviendas para quienes decidan irse.

Nuestro barrio, antes de la revitalización urbana

Finalmente, se dio la revitalización en Los Olivos y los habitantes se quedaron en el territorio, el Distrito construyó un conjunto cerrado de casas para 20 familias y un edificio de apartamentos para los hijos de los pobladores. Patricia cuenta que en Chapinero no hay vivienda de interés social, solo el proyecto de Los Olivos. «Nosotros somos buenos vecinos, sacamos el perro, le limpiamos la casa, somos buenas personas y trabajamos en lo que tengamos que hacer. Hemos cuidado el barrio, nos preocupamos por su seguridad. Somos personas que aportamos a la ciudad».

Mesa redonda virtual, primera parte: Relacionamiento con entidades involucradas en los procesos de renovación urbana.

La reciente adopción del Plan de Ordenamiento Territorial implica para Bogotá repensar las políticas y programas de renovación urbana y se constituye en una oportunidad de fortalecer procesos institucionales de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá (ERU), asociados a su interacción con otros actores públicos, las comunidades e inversionistas inmobiliarios y constructores. La Universidad de los Andes, a través de su Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider), está realizando un acompañamiento a la ERU con el fin aportar en la gestión de conocimiento, a partir de la revisión de casos de renovación urbana en Colombia y otros lugares del mundo, con el propósito de facilitar la construcción de una hoja de ruta para la gestión del suelo en proyectos de revitalización urbana.

El objetivo de esta tercera mesa redonda “Relacionamiento con grupos de interés para la gobernanza en procesos de revitalización urbana” tiene como finalidad presentar contenidos teóricos y casos prácticos, que faciliten la comprensión sobre los principales desafíos para la articulación y concertación de los diferentes grupos de interés que intervienen en los procesos de revitalización urbana (Comunidad, propietarios, autoridades públicas, inversionistas privados y desarrolladores).

Mesa redonda virtual, segunda parte: Relacionamiento con grupos de interés para la gobernanza en los procesos de renovación urbana.

La reciente adopción del Plan de Ordenamiento Territorial implica para Bogotá repensar las políticas y programas de renovación urbana y se constituye en una oportunidad de fortalecer procesos institucionales de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá (ERU), asociados a su interacción con otros actores públicos, las comunidades e inversionistas inmobiliarios y constructores. La Universidad de los Andes, a través de su Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (Cider), está realizando un acompañamiento a la ERU con el fin aportar en la gestión de conocimiento, a partir de la revisión de casos de renovación urbana en Colombia y otros lugares del mundo, con el propósito de facilitar la construcción de una hoja de ruta para la gestión del suelo en proyectos de revitalización urbana.

El objetivo de esta tercera mesa redonda “Relacionamiento con grupos de interés para la gobernanza en procesos de revitalización urbana” tiene como finalidad presentar contenidos teóricos y casos prácticos, que faciliten la comprensión sobre los principales desafíos para la articulación y concertación de los diferentes grupos de interés que intervienen en los procesos de revitalización urbana (Comunidad, propietarios, autoridades públicas, inversionistas privados y desarrolladores).

Este trabajo se realizó en colaboración con la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano de Bogotá y el Centro interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo ─Cider Uniandes─