Racismo y clasismo: Migrantes venezolanos en el espacio público Bogotano
Yoerle Carrero Saavedra
Venezolana y egresada de la Maestría en Planeación Urbana y Regional de la Universidad de los Andes
En Colombia se estiman alrededor de 1.800.000 venezolanos, por lo que se puede decir,que es el primer país de destino de estos migrantes. Cabe resaltar que esta cantidad de venezolanos no han llegado a Colombia de la noche a la mañana, pues desde el paro petrolero que atravezó venezuela en 2002-2003 se empezaron a presentar estos movimientos migratorios. Sin embargo, lo llamativo ha sido la diferencia de perfiles de los migrantes que llegaron en los 00’s en comparación con la población que ha ingresado a Colombia durante los último 5 años, especialmente. Ya no estamos hablando de empresarios, ejecutivos y familias que trabajaban en las grandes petroleras venezolanas, sino que en los últimos años se ha conocido a esa población venezolana vulnerable y que por “ilegales” no se les ha permitido acceder al mercado laboral y servicios básicos. Muchos de estos migrantes se encuentran, entonces, en situación de pobreza y pobreza extrema.
Estos migrantes venezolanos son los que se han visto obligados a buscar formas de sobrevivir; buscando trabajo en el sector informal, viviendo en inquilinatos o “pagadiarios” y pidiendo dinero o comida en las calles. Otros que han tenido un poco más de suerte, si se pudiese llamar suerte, han optado por trabajar en plataformas tecnológicas de domicilios. Son estos los venezolanos que están en las calles, en sus espacios públicos y en constante contacto con la población colombiana.
Colombia ha hecho múltiples esfuerzos por integrar a la población venezolana al pais, reconociendolos y otorgandoles un estatus de legalidad que les permita acceder a servicios básicos. Algunas de estas acciones han sido el Permiso Especial de Permanencia (PEP), la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) y el nuevo Permiso Temporal (PT) del que aún se cuenta con poca información. De otra parte, según algunos informes, también la población colombiana ha sido receptiva y empática con los venezolanos. Sin embargo, la forma en la que han sido tratados los venezolanos en las calles y algunas declaraciones hechas por parte de medios de comunicación, periodistas, políticos y hasta gobernantes han hecho que los venezolanos no sientan en el espacio público esa empatía a la que hacen referencia.
La presencia venezolana en el espacio público colombiano
Los venezolanos que han llegado a hacer presencia en las calles y otros espacios públicos en Colombia se hacen notar. Esto se debe, principalmente, a que las formas de apropiación y permanencia en un espacio contienen una carga identitaria propia de la cultura a la que pertenecen. Esta carga identitaria es una especie de “lazo” que los migrantes llevan con ellos desde su país de origen y que van insertando en el territorio que los recibe. En ocasiones estos lazos no se desatan sino que son la principal causa de procesos de territorialización; entendido como el proceso mediante el cual un grupo de personas ocupa y se adueña de un determinado territorio y le otorga una identidad particular que tiene que ver con sus raices o lugar de origen. Ejemplo de esto se encuentra en el barrio Cedritos en la localidad de Usaquén al norte de Bogotá; barrio al que ha llegado una cantidad considerable de venezolanos y en el que se pueden encontrar restaurantes, bares y ventas de ingredientes tipicos de Venezuela. Incluso, este barrio ha sido acuñado por los mismo venezolanos y hasta algunos bogotanos como “cedrizuela”. Pero estas formas de apropiación producen tensiones y choques culturales debido a que los ciudadanos pueden llegar a sentir que su territorio está siendo transgredido y que incluso estan siendo desplazados. En consecuencia, las dinámicas sociales entre migrantes y población receptora se encuentra en conflicto en el espacio público.
Además, otra de las situaciones que está aumentando esa tensión y desconfianza hasta el punto de tocar niveles alarmantes de rechazo a la poblacieon venezolana es la estigmatizacion y xenofobia que están generando algunos medios de comunicación, periodistas y declaraciones de figuras importantes dentro de la política y el gobierno. Declaraciones que, mucho mas allás de ser ciertas, solo parecen ser vias de escape y evación a su propia responsabilidad en temas como la delincuencia de las ciudades.
El clasismo y racismo que se oculta en la xenofobia
En el espacio público se suelen normalizar algunas tensiones sociales, principalmente por ser un espacio de encuentro entre personas desconocidas o diferentes. Sin embargo, estas tensiones suelen escalar a problemas más complejos, como la xenofobia, debido a la estigmatización de algunos grupos. Esto resulta de tender a utilizar una serie de códigos que nos permite categorizar, diferenciar y separar el lugar que ocupa cada persona con base, principalmente, en su posición socioeconómica, raza o cultura. Sin embargo, los venezolanos en las calles de colombia también han sido señalados como los causantes del aumento de la delincuencia debido a que en las oportunidades en las que un venezolano ha sido parte de algun acto delictivo se resalta su nacionalidad una y otra vez, tanto en los titulares de los medios de comunicación como en las declaraciones de periodistas y gobernantes.
Además de lo anterior, en Colombia juega un papel protagónico la política pública de estratificación socioeconómica que se formalizón desde 1994. Aunque esta política es netamente un sistema de clasificación de viviendas que permite a los residentes más pobres acceder a algunos subsidios, se ha convertido en un lenguaje para hablar de diferencias y clases. Ha sido una política cargada de estereotipos en las que una persona se cree, incluso, capaz de “adivinarte el estrato” con solo tu apariencia. Los migrantes no se han escapado de esta dinámica y existen quienes se sienten más o menos rechazados dependiendo del estrato al que pertenezcan. Incluso, algunos admiten que consideran que han sido rechazados más por su estrato que por su nacionalidad venezolana.
“en la clase alta hay personas que te rechazan por (…) no sé si es porque somos nacionalidad venezolana o si es porque acá lo hacen también con el colombiano que es de clase más baja” Wilfredo, venezolano, 2020
Pero el lenguaje de la diferencia no se detiene en los estratos y el clasismo que pueda esconderse en estos. Aunque en latinoamérica no se tienda a hablar de racismo porque pensamos que es común solo en el norte global, los venezolanos entrevistados en las calles y que han tenido experiencias de rechazo en ellas logran identificar que el color de piel también es un factor para el rechazo.
“Puede pasar que el que parece venezolano, el que tiene “pinta” de venezolano a ese si lo discriminan por su color de piel y tiene el fenotipo que es muy común en la zona de Caracas [capital de Venezuela], la zona de la costa. Hay un tema incluso hasta racial con eso que incluso si uno le pregunta a alguien que tenga el fenotipo de venezolano, el que tenga “pinta” de venezolano el si va a tener casos donde lo hayan discriminado. Paolo, venezolano, 2020
Por lo tanto, logro identificar que detrás del rechazo al migrante solo por su nacionalidad y los estigmas que pueda tener la misma, se superpone tambien el racismo ya existente en la sociedad y en el espacio público.
Fotografías: Carlos Felipe Pardo
Del desencuentro al desarraigo
Todas las experiencias y vivencias de los migrantes en las calles y mencionadas hasta ahora, hacen que el encuentro entre venezolanos y colombianos en el espacio público esté lleno de prejuicios y formas de rechazo. El simple encuentro entre dos poblaciones se ha convertido en una experiencia incómoda y, a veces, hasta de terror. La población colombiana siente que se está trasgrediendo su espacio y la población migrante siente un rechazo que dificulta que se sienta bienvenido. Por tanto, lograr un sentido de pertenencia o arraigo por el lugar al que llegó suele ser una tarea complicada.
De esta forma, las apuestas y beneficios que pretende otorgar el gobierno colombiano a la población venezolana es insuficiente si se quiere tambien integrar de forma exitosa al tejido social. Menor impacto tendrán si se sigue evaluando la problemática de la xenofobia en Colombia sin tomar en cuenta el profundo racismo y clasismo ya existente en el pais ¿o será que todas esas apuestas y formas de legalizacion de los migrantes venezolanos se hacen con meros intereses politicos sin considerar ni querer una real integracion del migrante a la población receptora?
Esta investigación se puede leer en el siguiente hilo de Twitter
.@YoeCarrero, venezolana y egresada del @cideruniandes, explica en este hilo su tesis sobre cómo la experiencia de migrantes venezolanos en el espacio público de Bogotá está mediada no solo por la xenofobia sino también por el racismo y el clasismo 1/7https://t.co/RBg6pjD1OT
— LabNa (@Labna_Uniandes) June 17, 2021
Este trabajo se realizo para el Laboratorio de Narrativas Urbanas -LabNa www.labna.org- Cider