La aproximación convencional a la relación entre conflicto armado y desarrollo enfatiza en los costos que el primero impone al segundo. En efecto, los conflictos armados consumen y devastan recursos, generan costos y, por supuesto, destruyen vidas, es decir, son un freno al desarrollo. Sin embargo, los conflictos también tienen funciones económicas y pueden ser aprovechados por combatientes y civiles para su beneficio personal, especialmente en el caso de conflictos de larga duración (puesto que los agentes desarrollan estrategias de adaptación). Además, provocan migración forzada, redistribuyen activos y restringen la operación del gobierno y las organizaciones sociales. En este sentido, los conflictos no solamente frenan u obstaculizan el desarrollo, sino que, también transforman la sociedad, la economía y las instituciones. En esa medida, tienen efectos sobre los patrones de desarrollo económico, durante y después del conflicto.
Este proyecto, dirigido por Gonzalo Vargas, se complementó con el proyecto de investigación titulado Conflicto armado, desplazamiento forzado y sector agropecuario en Colombia 1997-2010, el cual se desarrolló conjuntamente con el Departamento de Historia de la Universidad de los Andes.
Las dos investigaciones, financiadas por la Universidad de los Andes, buscaron comprender los efectos del conflicto armado sobre el desarrollo, así como las contribuciones que puede hacer la empresa privada, la sociedad civil y los organismos internacionales a la construcción de paz en Colombia. Con base en lo anterior, algunas de las principales conclusiones fueron 1) la necesidad de estudiar los impactos diferenciados del conflicto sobre las economías regionales y 2) observar y comparar las innovaciones sociales para la construcción de paz de manera que se puedan identificar y replicar las más “costo-efectivas”.