En 2014, la "paz territorial" representó una de las banderas políticas agitadas por el presidente colombiano Juan Manuel Santos para obtener su reelección y la continuación de las negociaciones iniciadas desde finales de 2012 con las FARC. Según Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, la paz territorial conducirá al fortalecimiento del estado de derecho y los derechos constitucionales de los colombianos en todo el país, gracias a una alianza estratégica entre los programas gubernamentales y las autoridades. y comunidades locales, con el objetivo de combinar la coordinación nacional y los recursos con las capacidades locales (Jaramillo S., 2014).
En este breve artículo, vamos a discutir los desafíos planteados por la aplicación de esta visión de la paz territorial. Primero discutiremos los tres puntos principales asociados con la idea de una deficiencia de la acción pública: el fracaso de las instituciones estatales, tanto a nivel local como nacional, la dificultad de coordinar las diferentes agencias gubernamentales, y finalmente la promesa desprecio de la participación ciudadana. En segundo lugar, destacaremos los diversos problemas políticos estructurales que plantea la paz territorial: la incapacidad de Bogotá para implementar sus políticas públicas en todo el territorio nacional, la segregación "anti-campesina" de las políticas y organismos públicos, pero también la relación entre las élites nacionales y locales.