En Colombia, la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT, Ley 1454, 2011) orientó al gobierno nacional a promover la conformación de figuras asociativas territoriales en el país como una manera de profundizar la descentralización administrativa. La constitución de la RAPE Región Central en el 2014, como resultado de un proceso de concertación territorial entre el Distrito Capital y los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Meta y Tolima, planteó un importante hito de la descentralización territorial en Colombia. El Acto Legislativo 02 de 2020 que llevará a la creación de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca (RMBC) presenta un reto en términos de clarificar y evitar funciones cruzadas entre la RAPE Región Central y la futura RMBC. Por otro lado, la emergencia sanitaria y económica creada por la pandemia del Covid-19 ha impuesto restricciones a la movilidad y ha puesto de manifiesto la necesidad de poner más énfasis en temas como la seguridad alimentaria, las conexiones urbano-rurales, la coordinación de servicios públicos, el desarrollo económico con enfoque territorial y a las visiones de género sobre la economía y el cuidado. Y aunque los retos son muchos, estamos también ante una oportunidad para pensar nuevas maneras de gobernar y planificar la región en Colombia de manera más descentralizada, multi-escalar y policéntrica. Y también de pensar a Bogotá como una región en la que conviven diferentes niveles de gobierno y escalas de planeación.
En este documento de política proponemos un marco conceptual para situar estos retos actuales de la planeación regional en Bogotá en el contexto de las nuevos retos y dinámicas del ordenamiento territorial a nivel local y global. La coyuntura actual requiere ir más allá de las nociones de planificación y desarrollo regional que prevalecieron durante finales de siglo XX y principios del siglo XXI, que enfatizaban el rol del gobierno central y el discurso de la competitividad global para la creación y planeación de regiones. En este documento proponemos un marco de gobernanza multinivel y planeación multiescalar que nos permita pasar a un nuevo paradigma en el que las regiones sean vistas no sólo como actores que compiten en el contexto de la globalización, sino como elementos de una construcción colectiva, incluyente y policéntrica del territorio.
El documento se divide en tres partes. En la primera exponemos la experiencia de diferentes experimentos de planificación regional que tuvieron lugar en Bogotá desde mediados del siglo XX hasta 2018. En la segunda parte, recogemos algunos de los principales temas a los que debemos prestar atención en la década de 2020: la agenda 2030 del desarrollo sostenible, la crisis climática, la pandemia por el Covid 19, el freno a los procesos de globalización que se venían gestando en las últimas décadas, la necesidad de incorporar las visiones de género y de la economía del cuidado, así como la mayor importancia de la autonomía territorial y las conexiones urbano-rurales en los procesos de planeación del territorio. Con base en la experiencia histórica y la coyuntura actual, en la tercera parte concluimos con algunas ideas sobre cómo la idea de gobernanza multi-nivel, planeación multi-escalar y policentrismo pueden ser útiles para pensar la planeación regional en Bogotá en el contexto actual y futuro.