Renovación urbana en Bogotá: aportes de Adriana Hurtado y Erik Vergel, invitados al programa Especiales AHORA de Canal Capital
En un reciente episodio de Especiales AHORA transmitido por Canal Capital, se abordó un tema crucial para el futuro de Bogotá: la renovación urbana en la ciudad. En este capítulo titulado "Bogotá renovada", se exploraron tanto los casos exitosos como los fracasos que han marcado la historia de estos proyectos, con un enfoque particular en las controversias y el impacto que tienen sobre las comunidades. Las preguntas clave que se plantearon fueron: ¿cómo impulsa la actual administración estos proyectos? y ¿cuáles son los retos urgentes para llevar a cabo estas iniciativas?
En medio de este análisis, se destacó la participación de dos profesores del Cider, de la Facultad de Ciencias Sociales: Adriana Hurtado y Erik Vergel, quienes aportaron su experiencia y perspectiva sobre los desafíos y las soluciones en torno a la renovación urbana en Bogotá. Ambos brindaron valiosos aportes, enfatizando la importancia de la inclusión, la participación ciudadana y la regeneración urbana sostenible en el contexto de la ciudad.
La intervención de Adriana Hurtado, quien es experta en planificación urbana y políticas públicas, destacó la necesidad de asegurar que los procesos de renovación urbana en Bogotá sean incluyentes. Según Adriana, uno de los grandes retos que enfrenta la ciudad en este campo es evitar que la renovación termine beneficiando únicamente a los actores con mayor poder económico. “Si uno lo deja en manos del mercado en abstracto, lo que pasa es que esas localizaciones que están mejorando en accesibilidad se vuelven más atractivas, se valorizan para los usos más rentables”, explicó, advirtiendo sobre el riesgo de la gentrificación y el desplazamiento de comunidades vulnerables.
Adriana hizo un llamado a que las políticas de renovación urbana se enfoquen en la participación de las comunidades y no solo en la maximización de ganancias económicas. En este sentido, resaltó la importancia de generar acuerdos entre los diferentes actores de la ciudad y crear visiones compartidas que puedan lograr una renovación que no desplace a las personas. “¿Cómo hacemos un proyecto que sea participativo, por un lado, que pueda generar acuerdos, visiones de ciudad y que además no desplace gente?”, cuestionó Hurtado, resaltando la necesidad de generar una verdadera cohesión social en los proyectos urbanos.
Uno de los elementos clave que mencionó Adriana fue el concepto de las cargas urbanísticas, el cual se refiere a la necesidad de que las iniciativas de renovación proporcionen una infraestructura urbana adecuada para todos los ciudadanos. “Generar soportes e infraestructura urbana suficiente en todos los espacios públicos, redes de servicios públicos, equipamientos sociales, etc.”, expresó, subrayando la importancia de una planificación integral que no se limite a la construcción de edificaciones, sino que también garantice el bienestar y acceso de las personas a servicios públicos y espacios comunes.
Por su parte, Erik Vergel, quien es experto en desarrollo urbano, propuso una visión distinta pero complementaria. Según Erik, la renovación urbana no debe ser vista únicamente como un proceso aislado de infraestructura, sino como una oportunidad para el desarrollo urbano integral. “Siempre busquemos concebir estos grandes proyectos de infraestructura como proyectos de desarrollo urbano que generan toda una dinámica alrededor de sus áreas de influencia”, afirmó. Esta perspectiva plantea que los proyectos de infraestructura, como el metro de Bogotá, deben ser pensados de manera que favorezcan la revitalización de las áreas circundantes, regenerando la dinámica social y económica de esos lugares.
Vergel también hizo énfasis en la importancia de vincular la participación ciudadana en estos procesos de renovación. “La participación ciudadana es fundamental para que el proyecto genere un alto nivel de apropiación por parte de la ciudadanía”, indicó, sugiriendo que cuando los ciudadanos son parte activa de los proyectos, estos tienen una mayor probabilidad de éxito, ya que se alinean mejor con las necesidades y aspiraciones de las comunidades.
En este sentido, Erik propuso la idea de involucrar a las nuevas generaciones en los proyectos de renovación. “Es muy importante vincular a las nuevas generaciones para que esos sueños de esos futuros usuarios del sistema puedan incorporarse en lo que será la ciudad que se puede promover y desarrollar a lo largo de lo que es la infraestructura en nuevos proyectos de movilidad”, explicó. De esta manera, no solo se busca mejorar la infraestructura existente, sino también fomentar una identidad compartida con los futuros habitantes y usuarios de la ciudad.
Tanto Adriana Hurtado como Erik Vergel coincidieron en que la renovación urbana en Bogotá enfrenta retos significativos, pero también presenta oportunidades para la construcción de una ciudad más justa y equitativa. La renovación no debe ser vista solo como una mejora estética o funcional de la ciudad, sino como un proceso que puede mejorar la calidad de vida de las comunidades y fomentar la cohesión social.
Uno de los desafíos más apremiantes es evitar que la gentrificación sea un subproducto inevitable de la renovación urbana. Esto implica no solo garantizar la construcción de viviendas asequibles, sino también mejorar la infraestructura y los servicios en las áreas existentes para que los residentes actuales puedan seguir viviendo en la ciudad sin ser desplazados. Es fundamental que los proyectos no solo se enfoquen en el desarrollo físico de la ciudad, sino también en el fortalecimiento de las relaciones sociales y el tejido comunitario.
Adriana Hurtado y Erik Vergel, a través de sus intervenciones en el programa, ofrecen propuestas valiosas para encaminar a Bogotá hacia una renovación urbana más inclusiva, participativa y regenerativa. En última instancia, el desafío está en diseñar proyectos que no solo transformen la ciudad físicamente, sino que también creen oportunidades para todos sus habitantes, garantizando un futuro más sostenible, equitativo y accesible para todos.