El 28 de junio se celebra el día internacional del orgullo LGBTQ+ en un gran número de países occidentales, incluido Colombia. Lo que hace unos años era un evento controvertido y que levantaba más de alguna ceja se ha convertido cada vez más en una celebración masiva. Tanto así que hoy es común que empresas y alcaldías, incluso algunas con posiciones conservadoras, saquen sus banderas arco iris el día 28 de junio. Sacar la bandera arco iris o añadir un arco iris al logotipo empresarial en junio se empezó a convertir ya casi en un ritual temático anual. Como lo de poner calabazas y telarañas en noviembre por Halloween o el árbol de navidad en diciembre. En este panorama, desde CiderX creemos que es importante no perder de vista las luchas LGBTQ+ que siguen pendientes.
En junio de 2017, tan solo 5 años atrás, Bancolombia publicó la foto de un núcleo familiar homoparental junto con la frase "es el momento de todos". De inmediato se les acusó de usar "ideología de género" o "lobby gay". Este tipo de manifestaciones mostraban que en un país donde los valores eran -y siguen siendo- conservadores, este tipo de mensajes eran importantes y podían lograr abrir debates y conversaciones difíciles. Muchas personas de la comunidad LGBTQ+ ven en la proliferación de la bandera arco iris en organismos del Estado, lugares públicos o negocios privados un símbolo de la creciente aceptación de la diversidad sexual en nuestra sociedad. Otras, sin embargo, observan -observamos- con preocupación que este símbolo se está volviendo, cada vez más, en mercancía de un capitalismo arco iris que la desprende de su contenido reivindicativo y político, y que celebra lo LGBTQ+ desde el consumismo. Esto, de paso, crea distracciones de los problemas actuales asociados con derechos humanos y representación de nuestra comunidad, generando la ilusión de una sociedad abierta y diversa en la que las personas LGBTQ+ pareciéramos ser aceptadas y normalizadas. La realidad es que, a pesar de que gracias a la Corte Constitucional colombiana tenemos la posibilidad de matrimonio y adopción igualitaria en el país, muchos otros temas importantes para la comunidad LGBTQ+ siguen sin resolverse. Muchos tienen que ver con mirar más allá de dos cosas: 1) de las letras LG; y 2) de un enfoque liberal de derechos individuales.
De acuerdo con un reciente informe de Colombia Diversa, el año 2020 fue un año particularmente violento para las personas LGBTQ+ en nuestro país. Desde 2011, el promedio de homicidios de personas LGBTQ+ era de 110 homicidios por año, pero en 2020 fueron asesinadas 337 personas. Este aumento puede tener origen en mayores índices y herramientas de reporte de violencia, pero la magnitud del cambio es preocupante. Desde hace años sabemos que la violencia contra la población trans es particularmente preocupante: en 2020 hubo 32 asesinatos, en promedio uno cada 13 días. La situación de exclusión social facilita la vulneración de sus derechos y que sean frecuentemente objetivo de la violencia policial. La exclusión laboral, por ejemplo, ocasiona que el trabajo sexual sea la opción de subsistencia más frecuente para esta población. Asimismo, la invisibilización de las violencias contra los hombres trans afecta diariamente la manera en que esta parte de la población LGBT tiene que lidiar día a día con peligros y vulneración de sus derechos. En este año el asesinato de al menos 10 hombres gay en Medellín, citados a través de la aplicación Grindr, ha despertado también las alarmas en varias organizaciones LGBTQ+.
Recientemente, la Corte Constitucional admitió una tutela interpuesta por Dani, una persona no binaria que solicitó la inclusión de un tercer sexo (X) en los documentos de identidad colombianos. Desde CiderX participamos en esa discusión de la Corte con un concepto técnico en el que revisamos diferentes políticas de documentos de identidad inclusivos en varios países así como herramientas teóricas para pensar la relación entre sexo, género y discriminación. Adicionalmente, en estos últimos años, se ha avanzado en varios temas que van más allá de la agenda de los derechos individuales y el activismo judicial. Estos temas son particularmente relevantes para las poblaciones trans y no binarias. También, desde hace varios años se celebran marchas alternativas al Orgullo LGBTQ+, como por ejemplo “Yo Marcho Trans” o la “contra-marcha”, que tienen lugar en días o lugares diferentes a las marchas oficiales del Pride. Por ejemplo, Yo Marcho Trans reivindica las problemáticas de la discriminación de las personas trans mientras que la “contra-marcha” busca ser una crítica a la homonormatividad y la celebración del capitalismo rosa que se han tomado las celebraciones oficiales del Pride. En el contexto de las protestas sociales asociadas al Paro Nacional surgieron también nuevos discursos de denuncia a la violencia policial por parte de grupos vogueros, queers y trans como, por ejemplo, el movimiento #toloposungo. Todos estos temas muestran el dinamismo de la agenda LGBTQ+, que busca generar una diversidad que va más allá de vestirse de colores un día al año.
En un mes en el que el “Orgullo LGBTQ+” y el arco iris son usados por grandes corporaciones y organismos estatales de manera amplia y cada vez más generalizada es vital que no nos quedemos en un mero “saludo a la bandera” o en un disfraz arcoíris, sino que aprovechemos para celebrar y reconocer los retos, vulnerabilidades, injusticias y violencias a las que seguimos siendo sometidxs los diferentes grupos, identidades y colectivos que componemos el acrónimo LGBTQ+. Nos siguen matando. La policía sigue violentando y abusando de los derechos de la población trans y de jóvenes que salen a manifestarse de manera pacífica. Hay muchas identidades LGBTQ+ que siguen invisibilizadas. Sigue existiendo el racismo, el machismo, el sexismo y la homo/bi/transfobia incluso dentro del movimiento LGTBQ+. Hay mucho que celebrar, sí, pero también mucho todavía por lo que seguir luchando. Que el 28 de junio no se nos quede en un saludo a la bandera, así sea la del arco iris.
1. Colombia Diversa (2021). Nada qué celebrar. 2020, el año con la cifra más alta de violencia policial, asesinatos y amenazas contra personas LGBT.
2. Es de resaltar también que las cifras oficiales de los órganos estatales y de control difieren bastante de las cifras recogidas por ONGs y organizaciones independientes. Por ejemplo, la defensoría del pueblo registró 77 homicidios de personas LGBTQ+ en el 2020. Una cifra menor que la registrada por Colombia Diversa. Es preocupante el aumento de casos de violencia y que no exista una manera común en la que son recogidos y clasificados.
3. El Tiempo (2021), La tormenta de la primavera Trans. Disponible en: https://www.eltiempo.com/colombia/dia-del-orgullo-gay-violencia-contra-personas-trans-en-colombia-598996