Septiembre fue el mes más caluroso de 2023 y parece que este año ha sido el más caluroso de la historia. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó que el planeta alcanzó en septiembre una temperatura 1.75 °C por encima de los niveles preindustriales de entre 1850 y 1900, es decir, de 123 años atrás. Esto es preocupante, ya que bajo el Acuerdo de París en 2015, 196 países acordaron unir esfuerzos para limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2 °C, idealmente a 1.5 °C.
El Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) divulga información científica de alta calidad para alertar sobre los efectos del cambio climático, entre estos, el aumento de la temperatura en la tierra o lo que conocemos como el “calentamiento global”. El IPCC indica que el calentamiento se debe a la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, que son generados principalmente por actividades humanas como el uso de la energía, los cambios en el uso de la tierra y por los altos niveles de consumo de la población mundial.
Este tipo de información es clave porque los países la emplean para tomar decisiones informadas y prepararse para las negociaciones sobre el clima como la Conferencia de las Partes o COP, que se realiza anualmente desde 1995 y reúne a las naciones que integran la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC). La COP es uno de los escenarios de negociación más conocido y relevante, ya que busca promover acuerdos y acciones de implementación para mitigar los efectos del cambio climático e impulsar la cooperación financiera y técnica, para afrontar situaciones como el desplazamiento climático, la pérdida de biodiversidad y atender los eventos climáticos extremos que caracterizan esta crisis.
Este año la COP28 tendrá lugar entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Colombia al hacer parte de la Convención, asistirá y comunicará sus preocupaciones más urgentes. No obstante, se espera que su participación no sea a título individual, sino que sea coordinada con otros países de América Latina y el Caribe (ALC) y del Sur Global, con los que comparte necesidades económicas y sociales para hacer frente a la crisis climática. De hecho, Colombia forma parte de uno de los grupos de negociación de América Latina llamado Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC) y también del Grupo de los 77 (G77) más China, que es el grupo de todos los países en vías de desarrollo y subdesarrollados del Sur Global. La participación y liderazgo de Colombia en estos grupos de negociación es fundamental para tener una posición más fuerte como país frente a los intereses de los países desarrollados y más poderosos del mundo.
¿Qué debería exigir Colombia en la COP28?
Primero, que se logre un acuerdo con fechas claras para la salida de todos los combustibles fósiles, incluídos el carbón, petróleo y gas, teniendo en cuenta las necesidades de cada país, en especial de Colombia que cuenta con una altísima dependencia económica a estos combustibles. Con esto en mente, la delegación colombiana debe fomentar un acuerdo global sobre la eliminación de combustibles fósiles bajo un régimen equitativo, de justicia y con financiamiento que permita que haya una transición energética justa en las siguientes décadas.
Segundo, que se tenga en cuenta la alta vulnerabilidad que tiene ALC al cambio climático dado que, si bien su contribución a las emisiones globales de GEI es menor que otras regiones, presenta muy baja capacidad de respuesta para enfrentar sus efectos adversos. Según el IPCC, en las regiones más vulnerables durante la última década la mortalidad humana por sequías, inundaciones y tormentas fue 15 veces mayor que en regiones de baja vulnerabilidad. Colombia, las islas y otros países de ALC y del sur están experimentando fuertes daños en sus ecosistemas y alta pérdida de biodiversidad por razón de estos cambios de temperatura. Infortunadamente el Sur Global consolida el mayor número de muertes causadas por desastres naturales asociados a eventos climáticos en los últimos 50 años.
Tercero, que se establezcan mecanismos de financiación concretos para afrontar la nueva era de pérdidas y daños. Hace un año en la COP27 se acordó la creación de un Fondo para cubrir las pérdidas y los daños causados por el cambio climático que no pudieron ser evitados por vía de la mitigación o la adaptación. Este fondo fue un hito para la justicia climática y este año se ha estado trabajando en su diseño y capitalización; sin mebargo, aún hay mucho camino por recorrer en esta COP y las siguientes en materia de la gobernanza y operacionalización del fondo.
Exigir estos tres puntos es fundamental para un país como Colombia, que atraviesa también un decenio en el cual ha experimentado eventos climáticos que afectan la vida en sus regiones y la economía: fenómenos del Niño y la Niña desproporcionados, incendios, pérdida de fauna y flora, cambios en los ciclos naturales de los cultivos, entre otros. Esto nos pone en una situación altamente vulnerable si además, añadimos los niveles de pobreza que sufre el país, la baja productividad del campo por falta de tecnificación y, porque al igual que otros países de la región latinoamericana, no contamos con los recursos suficientes para implementar las medidas necesarias para la mitigación y adaptación al cambio climático.
Que los países miembros de la Convención asistan este año a la COP28 no debería ser un saludo a la bandera para dar cumplimiento al Acuerdo de París. Más allá de los de los anuncios de promesas por parte de los países desarrollados, lo que necesitamos como región y parte del Sur Global, es entendernos y apoyarnos para que juntos podamos reclamar compromisos y acciones de implementación concretas a los países desarrollados, quienes históricamente se han enriquecido bajo economías extractivas en detrimento de nuestros recursos naturales y humanos.
July Criado* y Daniela Quintero. Asociadas a Transforma, Centro de Pensamiento Colombiano que promueve la acción climática.
*Egresada de la especialización en Organizaciones, Responsabilidad Social y Desarrollo del Cider