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La decisión del presidente Donald Trump de retirar a los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) del Acuerdo de París sobre el cambio climático, siendo una de las más importantes potencias mundiales, ha venido generando todo tipo de reacciones a nivel mundial, en donde hay personas que encuentran razonable su decisión y otras que simplemente la consideran desbordada. El presidente norteamericano ha expresado en los diferentes medios de comunicación, argumentos de porqué tomó esta decisión, en donde se incluyen algunos como: “lo hice por salvar a los ciudadanos” y ”mal negocio para los estadounidenses” (Moreno, 2018), pero en este ensayo se van a evidenciar intereses verdaderos que influenciaron esa mala decisión para los acuerdos ambientales a nivel mundial, intereses que van más allá del sentido común y que rompieron con la acción y colaboración comunal que todos desearon alguna vez, incluido el ex presidente Barack Obama, quien en el año 2015 argumentó: “aquí, en París, podemos mostrarle al mundo lo que es posible cuando nos unimos, unidos en un esfuerzo común y con un propósito común” (Klinsky, 2018). Antes de abarcar los intereses que tuvo y tiene Donald Trump para retirar a EEUU del Acuerdo de París sobre el cambio climático, es importante explicar de qué trata este importante acuerdo y en qué se basan los pactos ambientales del mismo. El Acuerdo de París es una iniciativa medio ambiental que toma sus bases de los tratados anteriores y continúa con ideales como la descontaminación del aire del planeta, proteger los recursos naturales y dentro de otras cosas: disminuir la desigualdad social (Moreno, 2018), todo esto por medio de una acción colaborativa mundial, es decir, las potencias mundiales, países desarrollados y subdesarrollados deben contribuir a los acuerdos ambientales, en donde la colaboración de cada país se basa en la relación que tuvo y tiene con la extracción de recursos naturales y generación de gases invernaderos a través de la historia, así como lo cita Klinsky et al. (2017) en su artículo investigativo: “el bloque masivo de 134 países en desarrollo insistió desde la primera cumbre ambiental en Estocolmo en 1972 que las naciones que causaron problemas ambientales globales, y los que tenían el dinero para abordarlos, deberían llevar la mayor carga en la limpieza”. A continuación, se nombran los pactos del Acuerdo de París: 1. Este es el objetivo principal, ya que todos los gobiernos deben mantener el incremento de la temperatura media mundial por debajo de los 2ºC y seguir trabajando para llegar hasta los 1.5ºC, 2. los países deben contribuir en la reducción de las emisiones que se incluyen en el cambio climático por medio de sus planes generales nacionales, es decir plan de gobierno: acciones concretas, 3. los países integrantes del Acuerdo se comunicarán cada 5 años para evidenciar sus contribuciones y mejoras, 4. los gobiernos deben garantizar transparencia en el cumplimiento de sus objetivos, comunicándole a la sociedad civil los mismos y 5. este es el punto crucial del Acuerdo de París, ya que los países desarrollados y potencias mundiales deben financiar y ayudar a los países subdesarrollados para poder reducir las emisiones y el cambio climático, en donde el aporte que deben hacer se basa en la historia y acciones que el país ha tenido para con el medio ambiente, como se explicó anteriormente (Moreno, 2018).
A partir del quinto pacto del Acuerdo de París, se evidencia el primer interés que llevó a DonaldTrump a tomar la decisión: el económico, el cual, en esta oportunidad, se divide en dos: 1. lo económico dentro del Acuerdo y 2. lo económico en relación a sectores económicos que apoyaron la campaña de Trump en EEUU. El primer tipo de interés, “lo económico dentro del Acuerdo”, se origina de las ideas de justicia transicional, equidad y responsabilidad que se tienen dentro del Acuerdo y que han sido foco de muchos debates, ya que la responsabilidad histórica de los países en relación al medio ambiente ha sido el mayor punto de desacuerdo, y fue una de las principales causas que llevó a Trump a tomar la decisión de retirar a EEUU del mismo (Klinsky, 2018). Esta idea de justicia transicional dentro del Acuerdo se relaciona con la responsabilidad histórica y con la equidad, en donde si el país a través de los años ha causado un alto impacto al medio ambiente, mayor será su responsabilidad en la disminución de las emisiones y de las consecuencias negativas al medio ambiente (y todo lo que esto implica: la financiación y ayuda a países subdesarrollados), luego, si la equidad y la justicia transicional se cumplen, ese gobierno estaría contribuyendo a un periodo positivo de transición de una crisis planetaria a la disminución de la misma (Klinsky, 2018), a un periodo de acciones climáticas justas y duraderas para las generaciones actuales y futuras de cualquier especie (Klinsky et al., 2017). En relación a lo anterior y como lo explica Klinsky (2018), el señor Todd Stern, enviado por EEUU como experto en cambio climático al “huddle” de Durban en la COP 17, declaró: “'si la equidad está adentro, entonces estamos afuera”, lo cual evidencia que Estados Unidos y el presidente Trump no estaban de acuerdo con este punto, pues significaban pérdidas económicas que no estaban dispuestos a asumir (ya que EEUU es una potencia mundial, por lo cual causa grandes impactos ambientales y emisión de gases de efecto invernadero (Klinsky et al., 2017), que significarían a su vez gran financiación y colaboración para mitigar la crisis planetaria).
El segundo tipo de interés económico que se evidenció fue el de “sectores económicos en EEUU que apoyaron la campaña de Donald Trump”, en donde a pesar que Trump no es aprobado ni apoyado completamente por el sector capitalista en EEUU, ya que es considerado una persona y presidente impredecible, arbitrario, muy poco confiable y que siempre quiere estar por encima de las reglas, ha beneficiado a los capitalistas estadounidenses, y esto se vio reflejado en agosto del año 2016 cuando Trump ganó las primarias republicanas e inició a recibir financiadores para su campaña, aunque no como lo quisiera, pues ninguna de las compañías que se encuentra en el ranking “Fortune 100” donó fondos para la campaña (Farber, 2018). De igual forma, después de esto varias empresas contribuyeron en la campaña de Trump, asegurándose de un gobierno que los amparara, dentro de estas se encuentran: empresas de la minería en el sector del carbón, la industria farmacéutica, hidrocarburos, química y de telecomunicaciones como AT&T, además grandes bancos también contribuyeron en la campaña, por ejemplo: Bank of America (Farber, 2018). A lo anterior se suma que cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca, junto a su plan de gobierno y políticas extremistas relacionadas a desregular sectores como el medio ambiente, el trabajo, entre otros, fortaleció su vínculo con los sectores de la clase capitalista y el ideal del ciclo económico (Farber, 2018). Un ejemplo de lo anterior es la construcción del oleoducto interestatal entre EEUU y Canadá llamado Keystone XL para transportar petróleo hacia Texas, que se culminó exitosamente con la llegada de Donald Trump, esto se relaciona con el interés en seguir con un negocio de mucho dinero con Canadá, ya que había sido frenado por muchos años gracias al gobierno de Barack Obama, pues ese oleoducto no ayudaba al cambio climático y tampoco contribuía a los acuerdos ambientales (Larrauri, 2018). Esto muestra la influencia que tienen las empresas y los sectores más contaminantes de EEUU en el desarrollo de políticas del gobierno Trump y por supuesto del retiro del Acuerdo de París, pues apenas Trump asumió su rol de presidente, firmó con Canadá para terminar el proyecto Keystone XL (Larrauri, 2018).
El segundo interés que llevó a Donald Trump a tomar la decisión, es un interés de poder y de reconocimiento, en donde los medios de comunicación juegan un papel importante, ya que son los responsables de la difusión de la información científica sobre el cambio climático y es la sociedad civil la que diariamente está consumiendo esto a través del televisor, radio, internet y redes sociales (Reyes et al., 2018). Es en este punto en donde a nivel mundial la postura de Donald Trump hacia el tema ha tenido mucho eco, lo cual contrasta con eventos de cambio climático como sequías, olas de calor, entre otros, que a su vez genera mayor atención por parte de los medios de comunicación y las poblaciones, y esto se refleja en la cobertura mediática de la crisis planetaria en Europa, EEUU y América Latina, pues se encontraron grandes picos relacionados con la palabra “Trump” en noviembre de 2016, enero de 2017, junio de 2017, junio de 2018 y también relacionados con vocablos como “cambio climático” y “calentamiento global”, lo cual significa un gran protagonismo del presidente estadounidense, como lo evidencia Reyes et al. (2018) al argumentar: “Trump ha sido un hilo dentro de la cobertura histórica del cambio climático en la prensa. El presidente estadounidense ha generado los dos picos de mayor cobertura mediática tras la Cumbre de París hasta el presente […]”, luego, asegura que ni siquiera George W. Bush, conocido como “Bush el contaminador”, tuvo tanta atención mediática con una connotación negativa como la tuvo y la tiene Donald Trump (Reyes et al., 2018).
REFERENCIAS
Farber, S. (2018). Donald Trump, un lumpencapitalista. Nueva sociedad. Disponible online en: https://nuso.org/articulo/donald-trump-un-lumpencapitalista/
Klinsky, S. (2018). An initial scoping of transitional justice for global climate governance. Climate Policy, 18:6, 752-765. Recuperado de: https://doi.org/10.1080/14693062.2017.1377594
Klinsky, S. et al. (2017). Why equity is fundamental in climate change policy research. Global Environmental Change 44, 170–173. Recuperado de: www.elsevier.com/locate/gloenvcha
Moreno, S. (2018). Rol de los sectores económicos en el retiro de estados unidos del acuerdo de parís durante la administración de donald trump. Facultad de ciencias políticas y relaciones internacionales. Pontificia Universidad Javeriana.
Reyes, R., Cano, D., De la Rosa, I., Cabezudo, J., Sousa, A. & Carrera, M. (2018). La comunicación de la mitigación y la adaptación al Cambio Climático. Colección, comunicación y pensamiento. Pp 9-53. 1ª Edición, Egregius ediciones.
Larrauri, D. (2018). Estados Unidos y el Acuerdo de París: ambiente e inversión extranjera. Anuario política internacional & política exterior, Pp 63-68. Universidad de la República, Uruguay.