Los estudios feministas y de género son un campo inter, multi y transdiciplinario que sobrepasan la atención exclusiva a la realidad de las mujeres o los sujetos con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género no normativas. Estos estudios se componen de distintos marcos explicativos, entre los que existen divergencias y distancias significativas. En términos generales, este es un campo teórico-metodológico que contiene, en unas corrientes de pensamiento más que en otras, una gran potencia descriptiva, analítica y de transformación que no ha sido del todo reconocida por la academia, la sociedad civil y el Estado.
Además de situar el carácter histórico y cultural de las discriminaciones experimentadas por las mujeres y los sujetos con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género no normativas, los marcos teóricos que componen los estudios feministas y de género permiten comprender la realidad de los sujetos históricamente discriminados y la relación que tienen las discriminaciones experimentadas por unos y otros con estructuras de poder que no se reducen al patriarcado o la heteronormatividad. Con lo anterior, este campo del saber contribuye a un entendimiento complejo de la forma como las sociedades contemporáneas están estructuradas. Al dar luz sobre esa complejidad, los estudios feministas y de género permiten identificar aspectos de la realidad que deben ser transformados, rutas de cambio y posibles formas de organización de diversos aspectos de la sociedad de forma tal que no fomenten las violencias y desigualdades.
Dada la gran potencia explicativa y de transformación de los estudios de género y feministas para comprender realidades situadas contextualmente, vale la pena mencionar dos agendas de investigación en la que el saber feminista es útil en Colombia en este 2021: la construcción de paz y las alternativas al desarrollo. A nivel internacional se reconoce el gran avance que significó la inclusión de la perspectiva de género en el Acuerdo de Paz. No obstante, el reto de los acuerdos de paz se centra luego de su firma en la implementación. Investigaciones muestran como el nivel de implementación de las medidas de género es débil no solo en términos cuantitativos sino también en lo que a su contenido se refiere.[1] La implementación de estas medidas parece estar guiada por un uso sobre todo técnico de la perspectiva de género, olvidando sus dimensiones analíticas, transformadoras y políticas (esto último referido a los cambios en las relaciones desiguales de poder que el género contiene).
Esto hace necesario investigaciones que analicen cómo la perspectiva de género está siendo implementada en los distintos puntos del Acuerdo de Paz; qué se puede mejorar y cómo; y la profunda conexión que existe entre transformaciones estructurales que impidan el mantenimiento y reorganización del conflicto armado y la violencia sociopolítica, con relaciones de género desiguales y una lógica heteropatriarcal que se intersecta con el racismo, las desigualdades socioeconómicas y una concepción antropocéntrica del mundo. Sin duda aspectos del acuerdo como los PDET, los derechos de las víctimas, la sustitución de cultivos de uso ilícito, la participación política y la reincorporación de las mujeres, la no repetición, la construcción de una paz transformadora y la coexistencia, requieren de una mirada feminista. En todos estos temas y ámbitos de la paz urge una aplicación más que técnica, analítica y transformadora que permita hacer de la inclusión de la perspectiva de género una posibilidad real de cambio y no una mera adición políticamente correcta a un acuerdo de paz que se está quedando en el papel.
Por otro lado, la paz no está aislada del desarrollo en términos de política pública o analíticamente. Esto hace necesario preguntarse qué tipo de desarrollo contribuye a una paz que realmente evite que la violencia sea la compañía cotidiana de las y los colombianos. Las miradas feministas tienen que decir mucho al respecto. Un punto de partida para esta discusión es que el desarrollo dominante y la guerra tienen como uno de sus fundamentos lógicas patriarcales que, en vez de brindar prosperidad y paz a las mujeres y otros sujetos históricamente discriminados, ha traído exclusión y violencia. El desarrollo, como ya han señalado varias feministas, debe ser entonces seriamente cuestionado.
Los estudios sobre el desarrollo desde miradas feministas decoloniales invitan a encontrar otras formas de alcanzar el bien-estar de las y los ciudadanos. Allí yace una de las potencias de las alternativas al desarrollo. Desde lentes feministas, esas alternativas son la configuración de mundos reales, ya puestos en marcha, aunque no perfectos, en los que prima el cuidado y el bienestar colectivo, así como una fuerte imbricación entre seres humanos y medio ambiente. Las preguntas de análisis aquí son múltiples. ¿Cómo se constituyen las alternativas al desarrollo? ¿Cuáles son sus particularidades? ¿Qué contextos, realidades y políticas las fomentan y fortalecen? ¿Qué impide su florecimiento y mantenimiento? ¿Cuál es el rol de los sujetos históricamente discriminados en la configuración de las alternativas al desarrollo? ¿Qué aportes hace el pensamiento y la experiencia de las mujeres a esas alternativas? ¿Qué dimensiones de las alternativas al desarrollo contribuyen de mejor manera a la construcción de una paz transformadora?
Antes de terminar, quisiera señalar que una agenda investigativa desde los estudios de género y feministas no solo debería distinguirse por los marcos teóricos y el tipo de preguntas que plantea. También debería hacerlo por la forma como produce conocimiento y por la circulación y uso de este. Investigaciones feministas dirigidas a pensar el cambio estructural, a la co-producción de conocimiento y al impacto de la academia en los fenómenos sociales son urgentes en el presente. Se trata ya no solo de ser inter, multi, trans o interdisciplinarias. La tarea es también indisciplinar una institución como la academia que puede llegar a ser muy normativa.
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[1]Ver: https://www.wola.org/events/webinar-colombia-2016-peace-accord-a-framework-for-ethnic-womens-and-lgbt-rights/; Hacia la paz sostenible por el camino de la igualdad de género. II informe de seguimiento al enfoque de género en la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia (Instituto Kroc, ONU Mujeres y FDIM, 2019); Enfoque de género y paz territorial. Balance a tres años de la firma del Acuerdo de Paz (Instancia Especial de Mujeres para el Enfoque de Género en la Paz, 2019); y Tres años después de la firma del Acuerdo Final de Colombia: hacia la transformación territorial (Instituto Kroc, 2020).