Ciudades sustentables y la gestión de residuos: aplicaciones en Progresa Fenicia

La Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que cumplió ya su primer quinquenio, se refiere en el objetivo 11 (ODS11) al gran reto que enfrentan las ciudades: lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. Este postulado, que recoge retos socio-económicos, políticos y ambientales necesarios para construir un nuevo concepto de ciudad, puede quedar en el vacío si no se ancla en la búsqueda de soluciones innovadoras a problemáticas específicas arraigadas en nuestros actuales modelos de ciudad. Adicionalmente, la comprensión de los retos asociados a este postulado requiere el diseño de estrategias de cambio cultural, que transformen hábitos y prioridades de quienes hacemos parte de los sistemas urbanos.

Con lo anterior en mente, un equipo de investigación liderado por el Cider ha querido aproximarse a uno de los problemas más acuciantes que enfrenta el modelo actual de nuestras ciudades: el manejo de los residuos. El sistema sociotécnico de la gestión de residuos sólidos de Bogotá es centralizado y descarga la responsabilidad del manejo de residuos en la empresa recolectora y en el relleno sanitario (que es finito). Bogotá genera 7.500 toneladas de residuos cada día. Gracias a 22 mil recicladores se logran aprovechar 1.200 toneladas, es decir, solo el 16%. El sistema de separación de residuos en la fuente puede hacer un aporte para mejorar el aprovechamiento, pero es insuficiente si no se piensa en alternativas que transformen la cadena de valor del manejo de residuos en su totalidad.

Con miras a aproximarse a esta problemática, en el 2020 se conformó un Hub de Ciencia y Tecnología con la participación de investigadores de diversas disciplinas y se escogió como “laboratorio vivo” al programa de renovación urbana inclusiva Progresa Fenicia, impulsado por la Universidad de los Andes en las inmediaciones de su campus.

Para orientar la búsqueda de un modelo sustentable de gestión de residuos en Bogotá, el equipo adoptó un emergente marco de políticas de ciencia, tecnología e innovación: La innovación transformativa. Este marco plantea la necesidad de poner en marcha una transformación que incluya cambios en todos los componentes de los sistemas sociotécnicos: mercados, prácticas de los usuarios, políticas, discursos e instituciones de gobierno, novedad tecnológica, social, organizacional y modelo de negocios (Schot y Steinmueller, 2018). Así, el equipo puso en marcha un experimento para dar pistas de los cambios posibles en el sistema sociotécnico de la gestión de residuos. El objetivo del experimento es involucrar actores sociales y comerciales en modelos de simbiosis industrial[1] y economía circular[2] para la gestión de residuos orgánicos que faciliten la creación de esquemas descentralizados y auto-gestionados en la ciudad con beneficios sociales, económicos y ambientales para los barrios.

En su primera interacción, los participantes en el experimento han propuesto la producción de pectina a partir de las cascaras de naranjas desechadas en los negocios de alimentos ubicados en las inmediaciones de la Universidad. (La pectina es una fibra que puede ser utilizada en la fabricación de mermeladas o directamente en repostería). Esta sencilla propuesta de cambio en la disposición de residuos tiene detrás una apuesta de modelo sustentable de desarrollo de comunidad, que empieza a marcar una hoja de ruta aplicada para el logro de los modelos inclusivos, resilientes y sostenibles que plantea el ODS11:

40 restaurantes operaban en el triángulo de Fenicia antes de la pandemia del Covid. Estos restaurantes producían 2 toneladas mensuales de residuos de cascara de naranja aproximadamente. La producción de pectina tiene 3 efectos interesantes en la transformación del sistema sociotécnico de la gestión de residuos. Primero, crea una nueva relación con los residuos generados en el entorno. Los vecinos lograrán mayor conciencia de las potencialidades que tienen los residuos y se configurarán relaciones de economía circular. Segundo, genera ocupación e ingresos para un grupo de mujeres residentes del barrio. Tercero, propicia cambios regulatorios e incentivos para que familias y locales comerciales cooperen con este tipo de iniciativas porque verán reducciones en la tarifa de recolección de basuras.

Este experimento del triángulo de Fenicia con la producción de pectina en el marco de la innovación transformativa planteará un modelo replicable para el diseño de modelos de negocio sustentables basados en la reutilización de residuos. Asimismo, Fenicia Circular puede constituir un modelo escalable y medible para aproximarnos al ODS de ciudades sostenibles en Colombia.

Con este y otros experimentos que estaremos poniendo en marcha en el 2021, queremos extender una invitación a estudiantes y egresados a vincularse con la investigación del Cider en su línea de Sostenibilidad, Ambiente y Desarrollo y a ayudarnos a conectar modelos teóricos con abordaje a problemáticas aplicadas, para construir modelos que impacten y mejoren nuestro entorno.