Las muertes y lesiones graves en accidentes de tráfico son otra pandemia. Cada año en el mundo mueren 1,3 millones de personas y 50 millones resultan heridas. El 90 % de esas muertes se producen en los países en desarrollo. Los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte en todo el mundo de las(os) niñas(os) y las(os) jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años (ONU, 2020). En Colombia, una persona fallece cada 75 minutos a causa de siniestros viales. En 2019 murieron 7.000 colombianos en accidentes de tránsito y 35.000 quedaron con lesiones graves. Es la primera causa de muerte violenta de niñas y niños entre 10 y 14 años (DANE, 2019) y la segunda causa de muerte violenta por lesión de causa externa superada solamente por el homicidio (Forensis -INMLCF, 2019).
La inmensa mayoría de estas muertes y lesiones son evitables, pero siguen siendo un importante problema de salud pública y de desarrollo con enormes consecuencias sociales y económicas. Se estima que estas muertes y lesiones cuestan hasta el 5 % del producto interno bruto anual para algunos países.
Para enfrentar esta problemática se han emprendido diversos esfuerzos a nivel global. Por ejemplo, en 2011 la Organización Mundial de la Salud –OMS— declaró como una pandemia las muertes por siniestros viales en el mundo y propuso la meta de reducir en 50% estas muertes para el 2021. La meta se logró en algunos países europeos, pero no se logró en ninguno de los países latinoamericanos. Frente a este rotundo fracaso, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible –ODS–, específicamente en el Objetivo 31 se fijó nuevamente la meta de reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo. Las agendas de desarrollo global adoptadas por todos los países que pertenecen a las Naciones Unidas proponen nuevos instrumentos jurídicos y regulaciones, así como nuevas formas de abordar la seguridad vial y vehicular.
Otros dos esfuerzos planetarios son la Nueva Agenda Urbana –NAU— aprobada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III) y el segundo Decenio de Acción por la Seguridad Vial (2021-2030). Dado que la mayoría de las muertes y lesiones graves causadas por accidentes de tráfico ocurren en las vías urbanas, la ONU plantea estrategias para mejorar la seguridad vial y un transporte público y otros medios de transporte no motorizado seguros, asequibles, accesibles y sostenibles.
Las muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico son también una cuestión de equidad social porque con mayor frecuencia los pobres y los vulnerables son también los usuarios que mayor peligro corren en las vías, es decir, peatones, ciclistas, usuarios de vehículos motorizados de dos y tres ruedas y pasajeros de medios de transporte público no seguros. Son ellos quienes se ven afectados y expuestos de manera desproporcionada a riesgos y accidentes de tráfico, que pueden llevar a un ciclo de pobreza agravada por la pérdida de ingresos. Por esta razón, el objetivo de las políticas de seguridad vial y vehicular debe ser garantizar la protección a todos los usuarios (ONU, 2020).
El Primer Decenio de Acción para la Seguridad Vial (2011-2020) nos ha dejado importantes lecciones aprendidas, por ejemplo, la necesidad de promover un enfoque integrado de la seguridad, como el enfoque de sistemas seguros y la Visión Cero. El enfoque integrado reconoce que los frentes de acción para aumentar la seguridad en las vías son diversos. En primer lugar, están las acciones regulatorias. Los gobiernos y órganos legislativos tienen la responsabilidad y la función decisiva en la aprobación y aplicación de políticas y leyes de seguridad vial y vehicular exhaustivas y eficaces. Algunos países han aprobado amplia legislación sobre los principales factores de riesgo y estándares de seguridad en los vehículos, como la no utilización de cinturones de seguridad, sistemas de sujeción infantil y cascos, la conducción en estado de ebriedad y el exceso de velocidad. También, han señalado otros factores de riesgo, como la mala visibilidad, las condiciones médicas y los medicamentos que afectan a la conducción segura, la fatiga, el uso de estupefacientes y sustancias psicotrópicas y psicoactivas, los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos y de envío de mensajes de texto (ONU, 2020). Lastimosamente Colombia no hace parte de esa lista y, de hecho, según un estudio reciente del BID (2019), nuestro país se encuentra atrasado al menos 20 años en sus marcos legales sobre seguridad vehicular.
En segundo lugar, fortalecer la colaboración intersectorial nacional, incluida la colaboración con las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil y el mundo académico, así como con las empresas y la industria. Un ejemplo de esto en Colombia es la coalición de seguridad vial Alianza Tres Ceros, conformada por la Fundación Despacio, el Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad —Dejusticia—, el Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes, con apoyo del Global Health Advocacy Incubator (GHAI) y la Global Road Safety Partnership (GRSP) en el marco de la Iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Mundial. La coalición promueve la actualización de la regulación vehicular en Colombia de forma consistente con las recomendaciones de Naciones Unidas, como un componente esencial de los sistemas seguros que requiere nuestro país.
Tenemos en Colombia un largo camino por recorrer para mejorar la seguridad de nuestras vías. Por ejemplo, nuestro país solo cumple con uno de los ocho estándares de seguridad vehicular mínimos recomendados por la Organización Mundial de la Salud, relacionado con el cinturón de seguridad (OMS, 2018). Debemos aumentar nuestro compromiso para que sea una realidad el derecho ciudadano a una movilidad segura y sostenible que reduzca las muertes y lesiones en el tráfico.
1 El ODS 3 es Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. Su meta 6 hace referencia a “reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo”.
Referencias
BID (2019) Mejora de los estándares de seguridad de los vehículos en América Latina y el Caribe a través de la adopción de Reglamentos ONU y sistemas de información al consumidor.
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses -INMLCF (2019) Forensis, datos para la vida.
OMS (2018) Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial 2018: un llamado para despertar la seguridad vial.
ONU (2020) Mejoramiento de la seguridad vial en el mundo. Resolución aprobada por la Asamblea General el 31 de agosto de 2020.
Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011–2020